Área Ideológica del CC de los Colectivos de Jóvenes
Comunistas
Introducción
Como es públicamente conocido, a
finales de marzo de 2013 los Colectivos de Jóvenes Comunistas y la Unión
de Juventudes Comunistas de España reúnen a sus máximos órganos de decisión
política -VIII y XII Congresos respectivamente- como colofones a sendos
procesos pre-congresuales que tienen por objetivo movilizar a las bases para la
discusión y debate de las tesis políticas, la rendición de cuentas del periodo
anterior y afinar la táctica y estrategia para la intervención política en los
diferentes frentes de masas.
Vaya por adelantado que la labor del
presente artículo y los siguientes que lo siguen es incidir en toda una serie
de cuestiones que contemplamos a lo largo de las tesis del XII Congreso de la
UJCE, analizando lo que a nuestro juicio es erróneo y entra en antagónica contradicción
con la teoría marxista-leninista, partiendo de un consecuente análisis
materialista a la hora de abordarlos y siempre desde el respeto, sobre todo a
los camaradas que desde la buena intención pretenden llevar a cabo la
"recuperación leninista" del proyecto del PCE-UJCE en el proceso
pre-congresual de enmiendas a los documentos y en la posterior celebración del
congreso. Sirvan también como base para el desarrollo y acentuación de la lucha
ideológica en el combate de las posiciones oportunistas y ajenas al socialismo
científico y las posiciones bolcheviques en el seno de la UJCE.
Desde los CJC queremos recoger las
buenas tradiciones y costumbres históricas del movimiento comunista, donde las
divergencias político-ideológicas se discutían abiertamente a fin de superar
dialécticamente los retos que nos vamos encontrando. Queremos desterrar entre
nosotros las máscaras de formalidad impuestas por la cultura burguesa para
pasar a hablar de manera franca los problemas de la juventud obrera y popular
de nuestros tiempos. La verdad es revolucionaria; y a ésta se llega mediante la
praxis. Las tesis de las dos organizaciones comunistas que tenemos delante son
la más alta expresión de qué praxis conciben una y otra, y los comunistas de
una y otra organización, así como los miles de comunistas que en un futuro
formarán parte del partido comunista, creemos que deben conocer nuestra
posición sin ambages.
Ante todo, pese a las asperezas y
las discrepancias en alguna posición concreta que podamos plasmar en los artículos
venideros, así como el distanciamiento que mostraremos respecto a la
posibilidad de regenerar el marxismo-leninismo dentro de la sigla histórica,
esperamos que se entienda este trabajo como un pequeño homenaje a aquellos
jóvenes que, alimentados por quimeras, se lanzan cual Don Quijote
a la lucha contra molinos de viento.
Tesis oportunistas vs Posiciones
leninistas
A modo de repaso general y que en
posteriores artículos iremos profundizando en diferentes temas cardinales tales
como la UE, organización leninista, proyecto estratégico, movimiento obrero y
sindical y la unidad de los comunistas, observamos lo siguiente:
Destacamos en todo el documento una
profunda lucha ideológica, unas veces de forma más o menos soterrada y en
ocasiones de forma abierta, fruto del nivel de confrontación alcanzado por el sector
leninista así como la presión que ejerce ante los elementos intermedios y
oportunistas.
La síntesis de esta enconada lucha
son unos documentos que en lo general tienden a ir en algunos momentos a la
raíz misma del problema, analizando correctamente aspectos concretos de los
temas cardinales antes enumerados, pero que rápidamente se pierden en otras
cuestiones secundarias, abiertamente revisionistas, unas veces calcadas y otras
muy parecidas a las viejas disertaciones en diferentes documentos políticos
recientes de la UJCE, tales como el heteropatriarcado, el precariado,
las transmaribibolleras, la democracia participativa, el proceso
constituyente o la sorprendente radiografía de la correlación de fuerzas
en España, esta ultima resulta que en gran parte es un copy-paste en toda
regla de los documentos del congreso anterior y que en todos los casos, enlazan
a la perfección con el oportunismo derechista que tiene como sublime exponente
la proverbial frase de Eduard Bernstein "El objetivo final no importa
cuál sea; el movimiento lo es todo"[1].
El problema principal
En todo este proceso de
confrontación ideológica, identificamos un escollo fundamental: El ser la
juventud “marxista-leninista” de un partido político socialdemócrata -el
PCE- así como estar enmarcada en un proyecto estratégico abiertamente
pro-capitalista como es Izquierda Unida y la pertenencia, de manera
indirecta, al Partido de la Izquierda Europea (PIE)[2].
Esta contradicción, mientras no se
resuelva -en forma de ruptura de la UJCE con IU y el PCE o desechando la
denominación marxista-leninista y todo (o lo poco en este caso) que
implica-, lastra todo lo positivo que pueda existir en el documento así
como la mínima puesta en práctica de lo que contiene.
No es necesario repasar aquí los
casos donde IU ha jugado un papel clave en la reproducción y gestión del poder
burgués en tanto “pata izquierda” del sistema capitalista en España. Tampoco
creemos necesario exponer ahora los casos donde dirigentes de IU se han cubierto
de gloria con algún tipo de declaraciones. En algún momento ya lo
plasmaremos.
Sólo destacar aquí uno de los
argumentos clave que aparecen en los documentos del XII Congreso para justificar
la participación de la UJCE dentro de IU.
“Uno de los principales motivos que
hace a Izquierda Unida un espacio de relevante importancia para el trabajo de
las y los comunistas en dicha organización, es que a día de hoy (tras la
progresiva pérdida de influencia del PCE en los frentes de masas) es el
principal punto de conexión del PCE con la población española. Y dada la
correlación de fuerzas dentro de IU, la transformación y refundación de ésta
dependerá en gran parte del proceso de reconstrucción del PCE y de la
superación de vicios parlamentaristas."[3]
Entendemos que el extracto se
comenta sólo. La UJCE justifica su participación dentro de IU ya que la
degradación ideológica del PCE es tal que su principal “intervención de masas”
se limita dentro de los cauces del electoralismo barato y que su juventud, por
supuesto, no puede dejarlo sólo en tal batalla.
A modo de conclusión
Es indudable que el proceso
revolucionario, una vez en marcha, abrirá el camino de la emancipación del
proletariado y de amplias masas populares. Pero la cuestión para la
organización revolucionaria de la juventud consistirá en esos momentos en tener
presente si somos capaces de enseñar algo a la revolución, a la par que
extraemos valiosas lecciones para la lucha de clases en medio de todo ese
proceso para llevar la revolución hasta la verdadera victoria, efectiva y no
verbal, frente al enemigo de clase y sus lacayos oportunistas.
Así pues, en última instancia
esperamos ayudar con esta serie de artículos a la clarificación ideológica.
Aunque sea mínimamente, si la lectura de estos documentos abre o intensifica
los necesarios debates para afrontar de la manera más científica posible el
análisis y la intervención en nuestra realidad para preparar, organizar y
finalmente realizar la revolución socialista nos daremos por plenamente
satisfechos.
[1] "Las premisas del socialismo y las tareas
de la socialdemocracia", recopilación de artículos Revista Neue Zeit,
1897-1898.
[2] La UJCE es parte integrante y de pleno derecho
de Izquierda Unida, que a su vez participa de la dirección del Partido de la
Izquierda Europea (PIE).
[3] Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso
de la UJCE, p.81
Área Ideológica del CC de los
Colectivos de Jóvenes Comunistas
Introducción
En este segundo artículo acerca
del XII congreso de la UJCE vamos a hablar del aspecto más importante que
deben contener las tesis de cualquier organización política: La estrategia
revolucionaria para la consecución de sus objetivos.
En el marco del capitalismo, una
organización comunista debe tener una estrategia revolucionaria que plasme el
camino a seguir para la toma del poder de la clase obrera y el derrocamiento
del orden burgués.
Por estrategia revolucionaria
entendemos la ruta general por donde debe encauzarse la lucha de clase del
proletariado para conseguir su objetivo final: La derrota de la burguesía y
la construcción del comunismo, es decir, la forma de como se planifican,
organizan y orientan los diversos combates de clases para conseguir este
objetivo.
Ahora bien, para que toda esta
acción del partido, y de las masas que dirija, no se traduzca en actividades
dispersas y para que todas ellas contribuyan a hacer avanzar la lucha
revolucionaria del proletariado, deben tener una línea orientadora, un hilo
conductor. Ese hilo es la estrategia.
La táctica tiene que ver con la
actividad política concreta del partido: La adaptación de la estrategia
general a cada situación concreta, de forma que al dar respuesta a cada
situación concreta se esté avanzando en función de la estrategia general. La
táctica debe determinar qué hacer de acuerdo a las circunstancias históricas
concretas y a la estrategia.
Estrategia y táctica se confunden de
forma habitual en los documentos y conceptos que emplea la UJCE, como veremos
más adelante, lo cual lleva a numerosos errores políticos a la hora de concebir
la intervención entre las masas y el papel de las condiciones subjetivas en el
proceso revolucionario.
Los errores estratégicos y la
confusión táctica, a nivel colectivo, implica llevar a la clase que se dirige
por caminos erróneos, dar luchas que no se deberían dar, no llevar a cabo las
que se tendrían que dar y no llegar a la revolución necesaria. Una mala
estrategia de la vanguardia revolucionaria es por lo tanto una victoria de
nuestro enemigo de clase, la burguesía; es aumentar las inmensas penurias de
la clase obrera.
Sin una estrategia revolucionaria
basada en un estudio riguroso de la realidad bajo la luz de la ciencia
marxista-leninista y fundamentado en una práctica revolucionaria sólida, todas
las buenas intenciones sólo se quedan palabrería vacía. Sin una estrategia
revolucionaria, todo el trabajo de un destacamento de vanguardia no sólo es la
crónica de un fracaso anunciado, sino también, y por eso mismo, es una traición
de facto a la clase obrera.
Si el objetivo marcado es la
sustitución de una clase por otra, para elaborar una estrategia lo fundamental
será analizar las clases que hay en conflicto, analizar sus aspiraciones
objetivas y buscar la contradicción fundamental. Análisis de clases y
relaciones entre ellas, de aquí saldrá todo.
En parte de las tesis de la UJCE,
como se irá demostrando, quedan reflejadas las más “nuevas” teorías acerca de
las clases sociales. Teorías alimentadas por décadas de intelectualismo barato
financiado por el capital, que tras destruir los fundamentos de los partidos
comunistas con el eurocomunismo, se lanzaron a ocupar el vacío dejado,
sustituyendo a la clase obrera como centro de la lucha revolucionaria. De esos
polvos estos lodos. Estas tesis las nombramos revisionistas, no por el placer
de refinar el lenguaje, sino porque la revisión de ciertas tesis marxistas-leninistas,
de sus pilares y que llevan a un callejón sin salida.
Otra opción “de moda” entre la
heterodoxia y el eclecticismo marxista es la negación de la estrategia. No hace
falta fijar rutas, vamos avanzando por los caminos más sencillos y esto nos
llevará al objetivo (en el caso que se tenga). No hace falta ser muy sagaz para
ver donde lleva esto, a la negación del Partido Comunista, de su carácter de
vanguardia y de su misión histórica como portador de la conciencia del
proletariado ¿Para qué un Estado Mayor que dirija a la clase y sopese las
formas de lucha, si las masas espontáneamente se dirigen ellas solas hacia el
camino correcto?
Del espontaneísmo al movimientismo
(“el objetivo no es nada, el movimiento lo es todo”) pasamos en un abrir y cerrar
de ojos al oportunismo. Cualquier lucha, sea del carácter que sea, se dé cómo
se dé, debe ser apoyada, sin dirigismos, si es de masas ¿Nos suena a algo?
Estas tesis las llamamos tacticistas y oportunistas, ya que al no tener un
camino fijado, cualquier camino es válido mientras nos dé avances en el corto
plazo. Aunque una lucha sea perniciosa o no nos lleve a ningún lado a largo
plazo, si el oportunista ve que hay gente, la va a apoyar. El ejemplo más claro
estaría en una UJCE que incurre, al participar “desde el centro”, en el
movimiento 15M, tragando, sin confrontar, con el apartidismo burgués de éste.
Prescindir de una única teoría
revolucionaria coherente y armónica, catalogar a quienes las usan de
“sectarios”, “dogmáticos” o “trasnochados”, justificar la miseria propia en un
pretendido aislamiento o marginalidad de los jóvenes marxistas-leninistas y
construir tras este muro una mezcolanza heterogénea, ecléctica en los
principios y con una composición más propia de un Frente de Izquierdas que de
una organización leninista. Esto no es un fenómeno nuevo en el Movimiento
Comunista Internacional.
Ya decía Lenin que “los
'ex-marxistas' se hicieron fuertes en ella [en la literatura política
permitida por la burguesía, se refiere, o lo que sería su equivalente hoy día:
Toda variedad de libros de tendencias presuntamente progresistas, pero ajenas
al marxismo-leninismo], colocándose "bajo el signo de la crítica"
y obteniendo casi el monopolio para "denigrar" al marxismo. Las
consignas eran "¡Contra la ortodoxia!" y "¡Viva la libertad de
crítica!". A lo que añadía que “la famosa libertad de crítica no
implica la sustitución de una teoría por otra, sino la libertad de prescindir
de toda teoría coherente y meditada, significa eclecticismo y falta de
principios.”.[1]
Unas tesis para contentarlos a todos
Pues bien, ¿qué nos encontramos en
las tesis de una y otra organización? En el caso de CJC la contribución juvenil
de una estrategia revolucionaria para la toma del poder definida por el PCPE.
En el de la UJCE, una mezcla indigesta de posiciones de clase, posiciones
revisionistas e influencias oportunistas que harían tirar de los pelos a
cualquiera que deseara darle una coherencia, cohesión, elevación política o
unidad ideológica para intervenir en la realidad golpeando como un solo puño…
que, entre otras cosas, es el objetivo fundamental de un congreso.
Queda claro, como dijimos en el
primer artículo, que el objetivo de estas tesis, más que fijar una estrategia
revolucionaria, es contentar a todas las “sensibilidades”, para que cada cual
pueda conformarse con su parte del escrito. Verde, violeta, rojo o amarillo, cada
párrafo, un parapeto para cada cual refugiarse.
Entrando de lleno en este embrollo y
pese a las múltiples contradicciones del texto hay dos cosas en las tesis de la
UJCE que quedan claras. En primer lugar el seguimiento lógico de la línea del
PCE, y por lo tanto la participación más o menos crítica dentro de IU y el PIE,
que determinan de manera clara e ineludible la propuesta estratégica para la
juventud. En segundo lugar, la aceptación que previo al socialismo, la UJCE va
a luchar por una III República Federal Solidaria que se expresa en las tesis en
forma de “Construcción de poder popular que rompa con el marco actual,
abriendo un Proceso Constituyente para avanzar hacia la III República como vía
al socialismo.”[2]
Por muchas maniobras que se quieran
dar y debates que se quieran eludir, el proyecto de la UJCE está plenamente
enmarcado en el mismo que el del PCE, un etapismo de carácter reformista.
Pasando por encima de su eclecticismo, las materializaciones de tales palabras
las vemos día a día en las luchas en las que coincidimos. El objetivo fijado
para la UJCE y del PCE es la “ruptura democrática”, entendiendo que España
tiene una serie de déficits democráticos y que el objetivo de los comunistas es
ganar la hegemonía en tal lucha democrática.
Este error, que nada tiene de
ingenuo, es de carácter estratégico y tiene unas implicaciones radicales: Si la
Revolución pendiente es, primeramente, democrática, la clase a la que es propia
esta Revolución es, en principio, la burguesa y que, por tanto, habrá que
robarle la hegemonía de la etapa. Sin embargo, la propia práctica del PCE-UCJE
desvela que la clase obrera puede jugar un papel importante, pero no dirigente;
por lo tanto la composición de clases de la organización revolucionaria y las
alianzas responderán a un carácter ciudadano y no obrero. Y de ahí que
pongamos, como decía Lenin, a la lucha de los jóvenes comunistas un “pabellón
ajeno”, en este caso, el de la “Syriza española” (en palabras de
Cayo Lara), del que son apéndice.
La lucha política democrática hoy,
cuya base no sea la lucha por un derrocamiento de la base económica de la
sociedad, legitima y -en su caso- pone el sello de la hoz y el martillo al sostenimiento
del capitalismo, salvo que se considere que en un país del capitalismo
imperialista central, en las condiciones de la tendencia de la burguesía a la
reacción en todos los ámbitos, es posible que sectores de esta burguesía den su
apoyo a un proceso de democratización en el que ya hoy nada tienen que ganar.
En definitiva, siguiendo un error
histórico dentro del movimiento comunista, se plantea que, antes de llegar al
socialismo, deberemos pasar necesariamente por una quimérica etapa “popular” a medio
camino entre el capitalismo y el socialismo que, según nuestra apreciación, no
sólo jamás se ha dado sino que jamás se dará.
Evidentemente, esto que para
nosotros es muy lógico, requiere de una explicación.
Las tesis revolucionarias de CJC
Los CJC entendemos como una
estrategia revolucionaria las tesis que quedan plasmadas en los documentos
precongresuales de nuestro VIII Congreso en afinidad plena con el IX Congreso
del PCPE.
El análisis de clase que hacemos del
Estado español es bastante claro. A día de hoy la burguesía monopolista
controla con mano de hierro la práctica totalidad de los procesos de producción
y distribución en nuestro país. Una oligarquía autóctona, fusión, como dijo
Lenin, del capital industrial y bancario, controla todos los resortes del poder
político, ideológico y económico para ejercer su dominio contra la clase
obrera.
Esta oligarquía (aliada con
oligarquías europeas y americanas fundamentalmente) mantiene el monopolio de
importantes sectores económicos y participa en la inversión de capital a
terceros países, ayudada por las estructuras imperialistas de la UE creadas
para tal efecto, se ensambla en la cadena imperialista en una posición
relativamente elevada. Teniendo en cuenta los procesos de acumulación y
concentración de capital, el carácter parasitario y reaccionario de las pocas
manos que poseen el capital, no nos puede dejar ni la menor duda de que todo el
potencial revolucionario de la burguesía hace décadas que terminó.
Toda la gran y mediana burguesía así
como la burguesía central y la periférica forma hoy un bloque
oligárquico-burgués que, pese a conflictos, pataletas y órdagos, está
objetivamente cohesionado e interesado en el mantenimiento del poder y, por lo
tanto, interesado en no resquebrajar la superestructura del Estado y todas las
formas establecidas de poder, incluida la monarquía.
No existen contradicciones
antagónicas en los intereses de los distintos sectores burgueses: Central y
periférico; mediana burguesía y oligarquía central; autóctona, compradora o
exportadora. Todas se articulan en torno al bloque oligárquico-burgués, con una
férrea dirección. La preocupación de la burguesía no está en procesos
democratizadores que profundicen en una modernización de las estructuras,
relaciones de clases o fuerzas productivas atrasadas, proceso que consumó a
sangre y fuego el régimen franquista.
A la burguesía le preocupa, en
cambio, cómo recompone su tasa de ganancia ante una exportación de capitales
hacia América Latina que en 2010 fue diez veces menor que en la década corta
hasta 2007. Todo proceso de alianzas con sectores burgueses para unas tareas
pendientes democratizadoras de la “Revolución Popular” queda descartado.
Tan sólo le es dado a la clase obrera el dirigir (junto a otros sectores
populares) el dar a buen término con tales tareas democráticas; todo esto, no
obstante, enmarcado en la dictadura del proletariado
Por otra parte, la pequeña
burguesía es y será siempre una clase subsidiaria sin capacidad de llevar a
cabo ningún proceso autónomo. El hecho de que sea la viva expresión y
residuo de una época superada atestigua este hecho. Así, del mismo carácter
subsidiario peca el semi-proletariado y otros elementos intermedios. En la
lucha de clases del proletariado por la Revolución Socialista, ganarle amplios
sectores pequeñoburgueses a la burguesía es clave, pero siempre poniendo a la
pequeña burguesía bajo la dirección del proletariado y no a la cabeza de un
“proceso constituyente” democrático. Digamos, dicho sea de paso, que los
propios documentos congresuales de la UJCE identifican el programa de IU como
referente de la pequeña burguesía.
Teniendo en cuenta todo esto, se
concluye de todo este análisis que no hay proceso democrático a completar, no
hay Revolución Popular de la mano de una burguesía patriótica. El capitalismo
está completamente agotado. Aprovechando tal hecho, el PCPE restituyó en su IX
Congreso la tesis leninista de que:
- No hay poder intermedio entre capitalismo y socialismo, entre dictadura de la burguesía y dictadura del proletariado
- Nos encontramos en la época de transición del capitalismo al socialismo, época que empezó hace ya casi un siglo con la gloriosa Revolución de octubre.
La crisis actual es la plasmación
dramática que, con palmaria claridad, señala lo acertado de tales tesis. La
crisis estructural del sistema capitalista azota con una violencia nunca vista
todos los equilibrios preestablecidos, todas las pretéritas concesiones
arrancadas con lucha, organización y sacrificio. El descenso tendencial de la
tasa de ganancia, durante años contrarrestado por inverosímiles tretas
especulativas, se ha agudizado para cambiarlo todo por completo. Si antes el
capitalismo era capaz de comprar cierto nivel de vida a parte de la clase
obrera de los países occidentales para encorsetar su consciencia, hoy ya no es
así. La burguesía a fin de regenerar su ganancia ha desatado una guerra abierta
contra la clase obrera.
De todo esto se desprende que la
clase obrera y los sectores populares (autónomos, pequeños comerciantes,
pequeños productores de la ciudad y del campo) deben a organizarse para una
revolución que necesariamente será socialista. De esto se desprende que la
clase obrera debe asumir su rol histórico de derogación del capitalismo y, bajo
la dirección de un Partido revolucionario, instaurar la dictadura del
proletariado.
¿Y qué hacen otros? Toman la
resolución de tirarse por un camino cuesta bajo, asfaltado y aparentemente
sencillo pero que nos lleva fatalmente a un barranco.
Tal es nuestra postura: El “proceso
constituyente” y la “ruptura democrática” es una apuesta “all-in”
a un proceso que, ni con toneladas de buena voluntad se dará, dada la
ausencia de clases que lo impulsen, dada la identificación y reproducción de la
ideología democrática con el proyecto de la burguesía y dada la imposibilidad
de cambios políticos que no se basen en la alteración de las relaciones de
poder entre las clases en la base económica.
La misión de la etapa actual es la
acumulación de fuerzas en un sentido clasista, esto es, dotar a la clase de
unos principios revolucionarios para erigirse en clase para sí; dotarla de
experiencias de lucha; y fundamentalmente, dotarla de organizaciones para dar
la batalla (las expresiones organizadas de dichas capas o clases aliadas al
proletariado las definimos en nuestra propuesta de Frente Obrero y Popular por
el Socialismo).
Sí, puede que a uno se le haga muy
cuesta arriba eso de “vender el socialismo”, de hacer entender la
necesidad de la organización, del Partido o de que la cosa no se resuelve con
un arreglo aquí y allá sino con un cambio (tan dramático como necesario) de
orden. Y sí, puede que eso de la III República, del Estado Federal Solidario o
de la “ruptura democrática” suene mejor y más si lo apuntalamos con la
nostalgia amable hacia la II República… ¿Pero, se trata de elevar a la clase a
un programa o de rebajar el programa hasta la conciencia coyuntural de la
clase? ¿Cuál es el papel de la vanguardia política? ¿Juventud Comunista para
marcar las tareas a seguir e intervenir para elevar a la clase a ellas? ¿O
Juventud Comunista para marchar a la retaguardia del movimiento y en función de
lo ya existente?
¿Parece imposible poder hacer esto? Invitamos
a que se observe el trabajo paciente de elevación ideológica, estructuración
orgánica y lucha en primera línea que realizan los comunistas a nivel
internacional, con el KKE a la cabeza. Sí es posible. Se hace todos los
días y se hace con notables (pero tan insuficientes…) éxitos. Porque los
comunistas tenemos claro que con el capitalismo no hay solución posible, que
debemos construir el socialismo y que, de tan claro que lo tenemos, se lo
hacemos entender a los hijos e hijas de la clase obrera y las capas populares.
La posición que debe asumir la
Juventud Comunista es ser vanguardia, situando sus reivindicaciones según los
intereses objetivos de la clase, por encima del nivel de conciencia que pueda
desarrollar ésta espontáneamente y que no deja de circunscribirse a los límites
de la ideología burguesa, para que así eleve su conciencia mediante el
transcurso de la lucha.
De otra forma, la Juventud Comunista
abandona su función y se posiciona a la retaguardia, como hace la UJCE,
situando sus reivindicaciones según el nivel de conciencia actual de la clase,
un nivel de conciencia poco desarrollado aún hoy, lo cual impide de facto que eleven
la conciencia del proletariado y caigan indefectiblemente en el reformismo. Es
simple: ¿Cómo van a plantear la toma del poder si lo suyo es agarrarse a las
reivindicaciones más básicas del 15M o a las reivindicaciones más pueriles del
movimiento estudiantil, dando a entender que con la deposición del ministro
Wert o del gobierno al completo, finalizarían los ataques contra el
estudiantado de extracción obrera y popular?
La práctica como criterio de verdad
La pregunta de si esta estrategia,
esta hoja de ruta, con total certeza es correcta o no, tan sólo la historia nos
lo responderá. Lo que sí está claro es que está formulada en base a los
fundamentos teóricos del marxismo-leninismo: Está fundamentado en el
materialismo dialéctico, el materialismo histórico y la economía política
marxistas. Es puro socialismo científico y no subjetividades histéricas y
arbitrarias afinadas al son de la corriente ideológica de moda que,
casualmente, siempre es una corriente burguesa.
Está claro, la estrategia propuesta
en las tesis de CJC es clara y sin ambages, mientras que la de la UJCE se
caracteriza con un ofuscado equilibrismo de trapecista, intentando hablar mucho
sin decir nada, sin molestar a nadie. En términos clásicos, un chapoteo entre
la derecha y el pantano. Y a la luz de esto alguien podría levantarse y
preguntarnos: Si las tesis de la UJCE son tan contradictorias, ¿cómo podemos
tener claro que la estrategia planteada es distinta?
Fundamentalmente por su pertenencia
a IU y el PIE pero también por su práctica diaria. La expondremos sin tirar de
ejemplos excesivamente rocambolescos como de tal o cual historia de un concejal
de uno u otro ayuntamiento, por ejemplo de Rivas.
Si la estrategia fija las
coordenadas de la ruta, la táctica son los pasos del día a día. En coherencia
con su orientación estratégica, los CJC actuamos en todas las organizaciones
obreras y populares luchando por cada problema concreto y con la flexibilidad
requerida. Intentamos dar la mejor respuesta frente a los problemas concretos a
la vez que explicamos que la solución global de sus problemas no puede darse en
el marco capitalista. Intentamos hacer entender que solo en el marco de la
lucha por el socialismo, las reivindicaciones obreras y populares pueden
hacerse realidad.
Esto no quiere decir que todos los
miembros de las organizaciones de masas tengan que ser comunistas, ni mucho
menos, pero sí creemos que la organización como tal se debe encuadrar en una
estrategia coherente para la toma del poder, ya sea un sindicato de
trabajadores o de estudiantes o en una asamblea de vecinos.
Esto ha hecho ser acusados de
sectarios en muchas ocasiones por la UJCE, entendiendo que evitábamos que los
frentes fueran “unitarios”, los Frentes de Izquierdas y demás sopas de letras
que puestos en escena para “llegar a más gente” tan solo tienen una capacidad
de convocatoria igual a la suma de los afiliados de las organizaciones
participantes.
Las “victorias” pírricas del Frente
de izquierdas y el reformismo
Por su práctica diaria y sus
comunicados, la UJCE vende a Alberto Garzón[3] como un marxista-leninista
-cuando éste escupe veneno contra la URSS, Cuba o la RPDC- o nos vende el
dorado Estado del bienestar, las medidas keynesianas, el Estado de Derecho o la
“democracia real” mientras establece corolarios basados en la suposición
del carácter neutro del Estado. Recordaremos que abandonar la tesis
marxista-leninista del carácter de clase del Estado ha sido la piedra de toque,
el tic clásico del reformismo y la traición abierta a la clase obrera.
Pero tal ambigüedad sale reflejada
también en las tesis congresuales. Mientras en un momento dado se expresa
caracterizando la democracia burguesa como la formalidad democrática en la que
se asienta la dictadura de la burguesía, en un más allá caracteriza el fascismo
como un fenómeno respuesta a “que la burguesía ve peligrar su posición como
clase hegemónica, o perder su posición favorable en la correlación de
fuerzas en el marco del Estado ante un avance de las fuerzas populares que
haga peligrar su proceso de acumulación”[4] (el subrayado es nuestro). Tal
tesis[5] recoge que el Estado, lejos de ser un instrumento de opresión de una
clase sobre la otra, es un terreno de batalla más o menos neutro donde se puede
ganar terreno y mejorar la correlación de fuerzas de las clases subalternas a
la burguesía.
Así se demostró en la práctica
cuando la marca catalana del PCE, el PSUCviu o incluso el PCC (con el que están
en un proceso de unidad) prefirió seguir encuadrado en el tripartit catalán que
estaba gestionando el proceso de Bolonia y que reprimió las movilizaciones del
estudiantado en 2009. ¿Querían tal grado de represión? Seguramente no y sabemos
de militantes de los JC (referente de la UJCE en Catalunya) que recibieron
igualmente los palos, pero la cosa está clara, su “acumulación de fuerzas”
fundamentalmente es dentro de las estructuras del Estado y no fuera. Y bajo tal
objetivo máximo evidentemente se pueden hacer múltiples sacrificios (dígasele
traiciones).
Recuerda, curiosamente, a las
palabras de Lenin cuando señalaba: “En efecto, si la socialdemocracia es, en
esencia, simplemente un partido de reformas, y debe tener el valor de
reconocerlo con franqueza, un socialista no sólo tiene derecho a entrar en un
ministerio burgués, sino que incluso debe siempre aspirar a ello. Si la
democracia implica, en el fondo, la supresión de la dominación de clases, ¿por
qué un ministro socialista no ha de encantar a todo el mundo burgués con
discursos sobre la colaboración de las clases? ¿Por qué no ha de seguir en el
ministerio, aun después de que los asesinatos de obreros por los gendarmes han
puesto de manifiesto por centésima y milésima vez el verdadero carácter de la
colaboración democrática de las clases? ¿Por qué no ha de participar
personalmente en la felicitación al zar, al que los socialistas franceses no
dan ahora otros nombres que los de héroe de la horca, del knut y de la
deportación (knouteur, pendeur et déportateur)?”[6]
Puede que ni ahora ni nunca hayamos
tenido zar pero sí que todos recordamos ese magnífico saludo al rey y esa
magnífica explicación -con moderación y desde el respeto- de la propuesta de
República, chapa tricolor en el traje, de nuestro “camarada” Cayo Lara.
Uno sabe a lo que juega si se
encuadra en un proyecto juvenil supuestamente marxista-leninista cuyo referente
partidario tiene como piedra de toque a IU, cuyo Coordinador General, otra vez
el señor Cayo Lara, defiende que la batalla está en la calle pero sobre todo en
las instituciones. Y es que tal es la práctica del reformismo y el oportunismo.
Bajo estos indicios uno se pude
llegar a preguntar alguna cosa cuando atribuyendo a que la subida en votos de
IU se debe en parte a que “estos resultados ya apuntan la incipiente
descomposición electoral del PSOE y la subida del PP ante la nefasta gestión
política de la crisis estructural capitalista en el Estado Español.”[7] si
el objetivo entre líneas de IU es gestionar bien la crisis estructural
capitalista en vez de construir un sólido proyecto que no gestione la crisis
estructural sino que acabe finalmente con el capitalismo y su corte de
represión, infamias y miserias.
La contradicción principal y las
tareas de la juventud comunista
Mientras unos se pierden a medio
camino del “capital-medio”[8] y “capital-vida”[9], los CJC lo
tenemos claro: La contradicción principal se haya en el carácter cada vez
más social del trabajo en contraposición a la apropiación privada del fruto de
ese trabajo. Los CJC sabemos ligar todas las problemáticas concretas que se
manifiestan en el seno del capitalismo con tal contradicción principal e
intentamos señalárselo a los hijos de la clase obrera y los sectores populares.
En ese sentido intervenimos en los frentes de masas, lejos de construir una
amalgama ecléctica de luchas parciales que no tienen muy claro hacia donde se
dirigen, entendemos la importancia de dar coherencia a cada lucha parcial en
pos de la revolución socialista. Para ello damos la batalla en lo político, en
lo económico, en lo ideológico y en lo organizativo. Nuestra es la tarea de
llenar de juventud obrera y popular el FOPS.
A destacar este último elemento: Lo
organizativo. Nuestro proyecto no es otro que la acumulación de fuerzas que se
plasma en ir creando, en torno al Partido de vanguardia, estructuras cada vez
más organizadas y cohesionadas, estructuras que serán la base del nuevo poder.
Realizar otra cosa o bien es venderse al espontaneísmo tanto en la lucha
económica reformista o el aventurismo infantil pequeño burgués que sin
objetivos claros (y últimamente con un tufo a bohemia negra que marea) tan sólo
adula vacíamente la violencia.
Esta labor paciente de organización
es la base de la preparación de la revolución que vendrá y a ese elemento tan
importante dedicaremos el siguiente artículo.
[1] Lenin, ¿Qué hacer?, www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/index.htm
[2] Propuesta de Tesis
Políticas al XII Congreso de la UJCE, p.101.
[3] Alberto Garzón será el primer
militante de la UJCE en llegar al Congreso como diputado. (http://agitacion.org/diario/portada/editorial/1683-alberto-garzon-sera-el-primer-militante-de-la-ujce-en-llegar-al-congreso-como-diputado-.html)
[4] Propuesta de Tesis
Políticas al XII Congreso de la UJCE, p.34.
[5] Esta tesis viene de la tradición eurocomunista que
se basaba en la peor lectura posible del concepto gramsciano del Estado como
“coraza de la hegemonía”, represivo por fuera pero donde por dentro se puede ir
realizando una infiltración progresiva ganando la hegemonía en una “guerra de
posiciones”.
[6] Lenin, ¿Qué hacer?, www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/index.htm
[7] Propuesta de Tesis
Políticas al XII Congreso de la UJCE, p.11.
[8] Propuesta de Tesis
Políticas al XII Congreso de la UJCE, p.29.
[9] Propuesta de Tesis
Políticas al XII Congreso de la UJCE, p.35.
Área ideológica del CC de los
Colectivos de Jóvenes Comunistas
Introducción
Si el anterior artículo desarrollaba
la cuestión de la estrategia, este tratará sobre un tema no menos político: la
organización.
Desde los CJC, entendemos que la
estrategia es la cuestión cardinal que todo Partido Comunista debe definir para
abordar correctamente la tarea revolucionaria. Se pueden cometer muchos errores
a lo largo de la construcción del proceso revolucionario, tal cosa es normal y
no tiene mayor importancia siempre que podamos localizarlos y corregirlos…
ahora bien, estos errores no pueden ser estratégicos. Porque tales errores son
los imperdonables.
Pero, en concreto, ¿cómo se desarrolla
el proyecto de la UJCE y los CJC en función de sus dispares estrategias? Lo
abordaremos en algunas cuestiones organizativas entendiendo lo organizativo
como algo profundamente político, ya que como indicaba Lenin: “El
proletariado no dispone, en su lucha por el Poder, de más arma que la
organización”[1]
Sigan entendiéndose estos artículos
como aportaciones al debate en el marco de la celebración de procesos
pre-congresuales de ambas organizaciones.
El Frente Obrero y Popular por el
Socialismo (FOPS) y su ejemplificación en el movimiento estudiantil
Repasemos que esto tiene la mayor
importancia: el PCPE en su 9º congreso superó antiguas concepciones etapistas,
pasando a sostener que nos encontramos en la etapa de transición del
capitalismo al socialismo, por lo que para la consecución de la revolución
socialista, es necesario fortalecer un marco de alianzas en un proceso de
acumulación de fuerzas en pos de la revolución socialista. “La orientación
de la lucha del PCPE, y por tanto la política de alianzas del PCPE, hoy, es
directamente por la construcción del socialismo-comunismo”[2].
Para el PCPE esas alianzas se articulan entorno al Frente Obrero y Popular por
el Socialismo (FOPS), de carácter antiimperialista, antimonopolista y
republicano. Ahí, bajo la dirección y centralidad de la clase obrera, se
encontrarán los estudiantes, los campesinos, los pequeños productores...
Reflejo de la centralidad que tiene
para el PCPE la clase obrera como sujeto revolucionario, nuestro Partido está
poniendo todo en su empeño en la constitución de los Comités por la Unidad
Obrera (CUO).
Ahora bien, para desarrollar en qué
consiste el FOPS, vamos a centrarnos, por el momento, en nuestro trabajo en el
movimiento estudiantil, uno de nuestros frentes naturales como juventud comunista.
En ese sentido, los CJC en la I Conferencia de Movimiento Estudiantil y
Educación[3] abrimos un debate al conjunto de la
juventud comunista sobre cómo articular el frente estudiantil dentro del
proyecto estratégico del FOPS.
El movimiento estudiantil
clásicamente ha tenido como acicate orgánico principal las asambleas de
estudiantes donde:
- En momentos de reflujo de las movilizaciones, aglutinaban pocos estudiantes, principalmente aquellos más conscientes, una minoría en la que el “activismo social” formaba parte de su vida, etc. Hablando en plata: tales asambleas eran asociaciones encubiertas.
- En momentos de auge de las luchas y movilizaciones, estas asociaciones reunían gran parte del estudiantado interesado en participar de un creciente proceso de confrontación contra determinadas agresiones a la educación pública.
Esta situación no puede llevar más
que a un movimiento ondulante de construcción y destrucción de la
participación, consciencia y fuerzas que acababa en el momento que tal o cual
cuestión parcial dejaba de estar en el punto de mira de los sectores obreros y
populares. En ese sentido estas dinámicas no favorecían a un proceso de
acumulación de fuerzas en sentido clasista.
Ante esto, la propuesta de los CJC
sería articular una lucha constante, organizada, combativa y coordinada de
todas las asociaciones de base, con el objetivo de que esta dirección unificada
del movimiento estudiantil permita crear a medio plazo las bases para la
construcción de un sindicato[4] único estudiantil a
nivel de todo el Estado. Superando el asamblearismo sin masas o la sopa de
siglas desarticuladas, este sindicato permitiría golpear con un solo puño de
manera mucho más efectiva, y elevar el nivel de la movilización en el camino de
la victoria. En esa primera conferencia situamos que lo que más se aproxima a
esto es Estudiantes en Movimiento (EeM) pero queda mucho trabajo por realizar.
Bajo la luz de los documentos
congresuales de la UJCE (pese a que le dediquen sólo una página a la cuestión)
se podría decir que en este ámbito tenemos unos análisis y una proyección del
trabajo, a primera vista, bastante parecidos…
Pero en realidad, ¿cuál es la labor
de una u otra organización en estas estructuras?
Para los CJC nuestra labor en el
movimiento estudiantil va en la dirección de superar el asamblearismo y las
formas clásicas de organización del estudiantado. Estratégicamente el sindicato
jugaría el papel de estructura estable que analiza los pormenores de todas las
problemáticas que sufre el estudiantado y que convoca, puntualmente cuando la
situación lo requiere, la asamblea que dotaría al movimiento de un mayor
carácter de masas y donde el sindicato debe hacer ganar sus posiciones.
Nuestro objetivo es que el sindicato
estudiantil se debe visualizar como una forma superior de organización en las
luchas estudiantiles, superando las antiguas prácticas vinculadas a las
asambleas fantasmas y las asociaciones encubiertas. En ese sentido, los CJC
ponemos todo nuestro esfuerzo en articular una serie de estructuras
organizativas de carácter sólido y estable y, no sólo eso, en último término, nuestro
objetivo político es que sindicato y asambleas actúen como apoyo al movimiento
obrero: como una reserva más de una clase obrera que avanza con paso firme en
pos de su emancipación.
¿Qué hace la UJCE? La UJCE se pliega
al espontaneísmo de la lucha contra tal o cual reforma, no pocas veces siente
vergüenza de las estructuras en las que participa y tiende a esconder sus
siglas. La UJCE actúa objetivamente con posiciones de retaguardia cuando no
pone el cepo al movimiento estudiantil.
¿Cómo explicar sino recientes
incidentes como los de Somosaguas o de la Universidad de Barcelona[5]?
Más allá de vergonzosas cuestiones
puntuales (o no tan puntuales), analicemos cómo plasma una u otra organización
la táctica en las cuestiones cotidianas de la lucha política. En el movimiento
estudiantil, ha sido notoria recientemente una polémica entre los CJC y la UJCE
en torno al programa sobre el cual el estudiantado tiene que articular su
lucha:
- La UJCE, rebajándose a aquello que considera “asumible” para el nivel de conciencia de las masas, plantea la directriz a sus militantes de que impongan en Estudiantes en Movimiento la congelación de las tasas universitarias y su reducción paulatina de las mismas hacia su gratuidad. ¿Cuál es el error de esta posición? El error, obvio a ojos de todo marxista-leninista, es plantear la lucha por las reformas en sí mismas, poniéndose en posición de qué es “razonable” o “asumible”, dentro de los estrechos márgenes que permite hoy día la “gestión del capitalismo”.
- Los CJC, en cambio, planteamos que los objetivos concretos no se sitúen en el marco de lo asumible por la burguesía, que nuestras consignas para la lucha incorporen a las masas estudiantiles a una lucha por un programa de la nueva educación socialista, imposible de materializar en las condiciones del capitalismo, pero que:
- en el marco de la lucha, alcance por su radicalidad pequeñas victorias en forma de conquistas;
- sirva de escuela de lucha y elevación de la conciencia de clase entre un sector potencialmente aliado de la clase obrera y, en muchos casos, de futuros obreros y obreras;
- sirva para situar el objetivo del socialismo como punto de llegada de la lucha, siendo este la sociedad de la clase obrera y por lo tanto, profundizando en la necesidad de esta alianza;
- sitúe a los comunistas como vanguardia de numerosos sectores que luchen, desde sus reivindicaciones concretas, por un único objetivo revolucionario.
Resumiendo en qué se concreta el
FOPS a nivel estudiantil expuesto mediante la sana confrontación: el sindicato
estudiantil se conformará como una de las patas indispensables dentro del
proceso de acumulación de fuerzas hacia el socialismo, proceso que compartirán
junto con otros sectores anteriormente mencionados como constitutivos del FOPS
con clase obrera y su Partido Comunista a la cabeza. Las revoluciones no
suceden espontáneamente sino que se organizan, éstas son siempre fruto de una
paciente labor de organización y estructuración de las luchas hasta la crisis
revolucionaria.
Este proceso de acumulación de
fuerzas no puede darse sin la dirección decidida y de vanguardia del Partido
Comunista, garantía de los intereses proletarios y de la perspectiva
revolucionaria. Este Partido Comunista, que eleve a las masas la conciencia y
desarrolle las bases para la revolución, debe tener por tanto sus armas bien
afiladas siendo el centralismo-democrático el garante de todos sus éxitos.
El centralismo-democrático como eje
rector del funcionamiento de la organización comunista
La organización leninista, además,
debe dotarse de un método de funcionamiento basado en el
centralismo-democrático. Este método se caracteriza por combinar centralismo y
democracia, por lo que quiere decir:
- Todos los órganos de la estructura de la organización son elegidos de abajo a arriba.
- Todos los órganos rinden cuentas de su trabajo y atienden todas las críticas que se realicen.
- Trabajo y dirección colectivos, crítica y autocrítica.
- La posición mayoritaria, finalizado el debate, pasa a ser la posición de todos y todas, disciplina férrea.
- Las directrices que emanan de los órganos superiores son de obligado cumplimiento para el conjunto de la organización, y ésta debe informar de su desarrollo.
En este sentido, tanto el PCPE como
los CJC asumimos, defendemos y cumplimos estos principios de forma honesta,
coherente y firme, es decir, el respeto al método como garante de la
estabilidad organizativa, la unidad de acción y la mayor democracia.
Ningún libro de Lenin explica mejor
a un militante de los CJC lo que es ser militante comunista como cuando uno
defiende una postura, la pierde y disciplinadamente actúa conforme al acuerdo
colectivo, aprendiendo sobre todo cuando este militante posteriormente descubre
y asume con honestidad que se encontraba en un error.
Los CJC, como organización escuela
que somos, trabajamos con el centralismo-democrático formándonos en su
aplicación práctica, tanto porque lo consideramos un principio irrenunciable,
como porque debemos aprender de ello para cuando pasemos a formar parte de las
filas del PCPE.
El centralismo-democrático no es una
cuestión meramente formal, es una cuestión de fondo, la que nos afina para
trabajar de manera colectiva, subordinarnos al debate colectivo: un atentado
contra éste es siempre obra de elementos oportunistas que, presos por el
individualismo, atentan fraccionalmente contra el Partido como la unidad de
voluntad del proletariado.
Todo militante de los CJC tiene
claro que pasar al PCPE es pasar a formar parte del “Estado Mayor” del
proletariado y que, por tanto:
- debe haber alcanzado un conocimiento y una aplicación de los principios del Marxismo-leninismo,
- debe haberse templado en las luchas de masas
- debe haber asimilado el método del centralismo-democrático incluida la disciplina consciente y el desprecio sincero a toda forma de fraccionalismo e individualismo que atenta contra la unidad monolítica de la clase obrera. Porque la práctica y aplicación rigurosa del centralismo-democrático no es una cuestión formal: es la llave que abre todas las puertas.
Centralismo-democrático por
fascículos, cupos y federalismo
La UJCE, a diferencia del PCE, asume
como suyo el método del centralismo-democrático. ¿Pero eso en la práctica en
qué se concreta?
Para empezar, los CJC entendemos que
este método rige profundamente y vertebra la vida orgánica de las
organizaciones comunistas. Porque lo entendemos como un todo, por ello la
carencia de alguno de sus elementos supone la no aplicación de facto del
método. Es por ello que la incorporación paulatina, gradual o por fascículos en
diversos congresos de partes integrantes y armónicos de este método “La
unidad de acción y la sectorialización se incorporaron en el VIII Congreso
(1999), el centralismo democrático se incorporó en el IX Congreso (2003) y la
crítica y autocrítica en el X Congreso (2006)”[6] no
deja de sorprendernos y de llegar a la conclusión obvia de la falta de claridad
ideológica en lo referente a lo político-organizativo por parte de la UJCE.
Asimismo, la estructuración de la
organización de forma federal es una violación del centralismo-democrático.
Este tipo de funcionamiento federal plantea que la estructuración de los
órganos de dirección, o comités de dirección, se componen de miembros y de
personas que acuden al mismo en representación federal de un territorio o un
sector.
Los CJC entendemos que un cuadro
dirigente de una organización comunista debe conocer de forma global a la
organización, vela por el correcto desarrollo de la estrategia general y tiene
la capacidad de dirigir no a su organización particular, sino al conjunto de
organizaciones de base. El ejercicio del centralismo-democrático es una labor
de dirección colectiva.
Si entendemos que estas cualidades
las debe tener un comunista, entonces ¿por qué un militante cuando es
responsable político de un colectivo o comité pasa a tener automáticamente
membresía en el órgano inmediatamente superior? ¿Asegurar que todos los
intereses particulares están “representados” en vez de garantizar la dirección
colectiva global a cada nivel? Esto genera disciplina de comité inferior, el
más burdo mercadeo a las cohesiones federales, a las alianzas entre un sector y
otro contra un tercero, a prácticas (casi-) fraccionales, etc. Asumimos que, en
vez de buscar la mayor unidad fundamentada en un debate riguroso, profundo y
sincero, cada uno explica y hace lo suyo y, mientras no toque demasiado las
narices al otro, uno puede hacer lo que le venga en gana.
Respecto a la sectorialización de la
militancia juvenil comunista
Por otro lado, en el camino de la
sectorialización que ambas organizaciones estamos emprendiendo vemos distintas
vías para ello. Para los CJC, sectorializar es establecer cada vez más
colectivos en ámbitos cercanos a las masas sobre las que queremos intervenir.
Es decir, sectorializar es estructurar a la Juventud Comunista de la forma más
adecuada para que intervenga de la forma más concreta y cercana sobre las
masas, sobre los lugares donde los jóvenes estudian, viven o trabajan. En este
sentido una premisa básica para la sectorialización se encuentra en la
necesidad de que este proceso se dé en lo concreto, no en lo abstracto. Es
decir, el colectivo sectorial debe basar su actividad en un centro de trabajo,
centro de estudios o en un barrio. Así nuestros militantes conocerán de primera
mano todo lo que sucede, todos los problemas para así dar soluciones concretas
a problemas concretos. Su composición sería la de los militantes que comparten
centro de estudios (ya sea en formato misma universidad, mismo campus, misma
facultad o mismo instituto), centro de trabajo o barrio.
No pueden, pues, existir
organizaciones sectoriales de obreros en lo abstracto, que no comparten centro
de referencia, y por tanto su función tal y como ha sido definida se trunca, ya
que más bien comparten una única condición: la de obreros.
Por ello es importante diferenciar
entre la necesaria coordinación y dirección de la actividad de masas
(estudiantil, obrera, antiimperialista, movimiento de mujeres...) que comparten
tanto colectivos sectoriales como territoriales, para lo que se han de crear
comisiones de trabajo dirigidas por los órganos colectivos, y la falsa
necesidad de agrupar a los trabajadores independientemente de su centro de
trabajo en colectivos falsamente concebidos como sectoriales. Se trata, pues,
de acercar la organización comunista a la contradicción concreta. Esto nos
aproxima peligrosamente a la práctica de constituir (como efectivamente en el
pasado se dio promovido por el carrillismo) células de obreros en abstracto,
células de artistas, células de intelectuales, células de…
En ese sentido se dirige la UJCE,
generando entorno a su estructura dos organizaciones paralelas, la Organización
Sectorial de Obreros (OSO), y la Organización Sectorial de Estudiantes (OSE).
Estas organizaciones cuentan con un cupo particular a la hora de participar en
comités de dirección, así como en órganos de debate colectivo como conferencias
o congresos, incluso con áreas y atribuciones más propias de la dirección
central (tales como el área ideológica) que de un órgano, que teóricamente
debiera ser auxiliar al de la organización central.
Si bien la idea de comité sectorial
para agrupar en un mismo territorio varios colectivos sectoriales[7], en ciertos contextos, nos parece muy correcta,
entendemos que éstos han de crearse de mano de comités
regionales/provinciales/locales y estar bajo su dirección política que formará
parte del conjunto de la orientación de la organización en ese territorio.
La unidad de acción debe ser el
objetivo último del centralismo-democrático. Con federalismo y organizaciones
paralelas, se promociona la dispersión, la multiplicidad y sólo debilita la
forma superior de organización del proletariado.
La problemática de la incorporación
de las mujeres a la actividad revolucionaria
Por último queremos dedicarle unas
líneas a la importancia de la participación de las mujeres dentro de las tareas
revolucionarias, dentro de la militancia comunista y particularmente dentro de
la juventud comunista. El patriarcado imprime unos roles diferenciados a
hombres y mujeres. La mujer de extracción obrera sufre en sus carnes una doble
opresión que somete a la obrera a condiciones peores de explotación y, además,
dificulta su incorporación a la lucha en igual medida que la de los hombres.
Esto lamentablemente no sólo se da porque la mujer auto-asume falsamente unos
roles naturalizados en el marco del patriarcado sino porque los camaradas no
pocas veces reproducen, en mayor o menor medida, actitudes que alejan a la
mujer de la lucha revolucionaria.
Sin embargo, es necesario no
quedarse ahí, no lamentar la insuficiente incorporación de mujeres a la
juventud comunista, sino pararse a estudiar, detenida y extensamente, el porqué
de esta cuestión.
Para las organizaciones comunistas
es clave realizar un análisis concreto que pormenorizadamente aborde el papel
de las mujeres en la lucha revolucionaria, identifique las causas de tal
diferenciación y plantee posibles vías de solución.
Pero, ¿qué hace una organización y
la otra?
La UJCE apuesta por crear un sistema
de cupos de género para la participación en órganos de decisión colectiva como
lo es su XII Congreso. “Para la elección de delegados o delegadas mediante
lista en las Conferencias Regionales/Nacionales de ida, se establece un cupo
del 30% de mujeres. En caso de no alcanzarlo, el número de delegados que elija
la Conferencia se reducirá hasta que las delegadas elegidas alcancen el 30%.[8]” Este sistema de cupos si bien es cierto que puede
llegar a garantizar la participación numérica de mujeres en su congreso (o
disminuir la participación de los hombres), también es cierto que no lo hace en
base a sus capacidades políticas, sino en base a su condición de mujer.
Dado que la organización comunista
es la que ostenta la conciencia del proletariado, no pocas veces se ha forzado
correctamente que la composición de sus órganos superiores esté nutrida de
clase obrera. Las más novísimas teorías de moda para la UJCE han desplazado
esta preocupación de la clase obrera hacia las mujeres.
Además, la UJCE propone una
estructura que entendemos altamente inorgánica y cuyas funciones prácticas aun
no hemos conseguido discernir: “Los comités nacionales/regionales deberán
convocar y organizar una asamblea de mujeres tras la conferencia organizativa
de la que saldrá un grupo de trabajo político llamado Comisión de las Mujeres,
el cual no es un órgano de la UJCE, sino un espacio propio de debate para las
mujeres de la organización en el cual analizar las consecuencias del
Patriarcado para la UJCE, y a través del cual aumentar el empoderamiento de las
mismas.[9]” Si bien, es cierto que existen serias
dificultades a la hora de trabajar los problemas de la mujer en las
organizaciones comunistas, ¿es realmente esta la vía de solución?
En los CJC lo tenemos claro: la
existencia de comisiones de trabajo feministas dependientes de los distintos
órganos y comités de dirección se encargan de desarrollar el trabajo de la
organización hacia el frente feminista y de lucha de las mujeres, así como la
concienciación del conjunto de la militancia acerca de la importancia del trabajo
feminista.
En los CJC entendemos como
imprescindible la incorporación de mujeres jóvenes a las filas de la juventud
comunista, así lo trabajamos y lo expresamos tanto dentro como fuera de
nuestras filas: no se puede prescindir de la mitad de la clase obrera para
realizar la revolución. Para ello fundamentalmente lo que deberemos hacer es
estudiar e intervenir en la relación entre los problemas de la mujer y su
relación con la contradicción capital-trabajo: sólo así podremos desarrollar el
feminismo de clase y dar una solución real a los problemas de la mujer
trabajadora.
Dentro de nuestra estrategia general
del Frente Obrero y Popular por el Socialismo (FOPS) las mujeres están llamadas
a formar una de las patas integrantes más importantes en la medida en que se
consiga superar el movimiento feminista actual, copado por la socialdemocracia
o el reformismo, para plantear abiertamente la lucha conjunta que desde la
perspectiva de género debemos abordar, y no es otra que la lucha conjunta por
la construcción del socialismo, la única vía para la derogación del patriarcado
y la emancipación de la mujer. Otros plantean una lucha parcial en un mar de
luchas parciales sin esta visión estratégica, no hace falta darle muchas
vueltas para ver que a ello responde tanto su propuesta organizativa como a su
propuesta reformista y electoralista.
[1] Lenin, Un paso adelante dos
atrás, http://old.cjc.es/wp-content/uploads/2009/05/un-paso-adelante-dos-atras-lenin.pdf
[2] Tesis del IX Congreso del PCPE, p. 16
[3] Cuyas tesis públicas podéis encontrar en el siguiente enlace: http://old.cjc.es/wp-content/uploads/2012/04/Tesis_Educacion_CJC.pdf
[4] Para conocer más sobre este sindicato: http://www.tintaroja.es/mov-estudiantil/103-para-no-volver-atras-hacia-un-sindicato-estudiantil-para-todo-el-estado
[5] Con incidente de Somosaguas nos referimos a la Huelga Educativa que se desarrolló en octubre de 2012, en la que ante una Asamblea de 200 estudiantes mayoritariamente favorable a la huelga, la UJCE se convirtió en el principal bastión de la oposición a la misma. Previamente, un descuido de la UJCE en los destinatarios de su correo interno hizo llegar el documento donde se apostaba en Madrid por el boicot a la huelga por “carecer de posibilidades de éxito” (o traducido, con las masas -y los CJC- a la vanguardia y la UJCE a la retaguardia). En las movilizaciones estudiantiles de Barcelona, un militante (que mantendremos en el anonimato) de JC, el referente de la UJCE en Catalunya, pactó con los Mossos d’Esquadra. No lanzamos la acusación de colaboracionismo, sino de trasladar al movimiento sus carencias en el ejercicio de la vanguardia política.
[2] Tesis del IX Congreso del PCPE, p. 16
[3] Cuyas tesis públicas podéis encontrar en el siguiente enlace: http://old.cjc.es/wp-content/uploads/2012/04/Tesis_Educacion_CJC.pdf
[4] Para conocer más sobre este sindicato: http://www.tintaroja.es/mov-estudiantil/103-para-no-volver-atras-hacia-un-sindicato-estudiantil-para-todo-el-estado
[5] Con incidente de Somosaguas nos referimos a la Huelga Educativa que se desarrolló en octubre de 2012, en la que ante una Asamblea de 200 estudiantes mayoritariamente favorable a la huelga, la UJCE se convirtió en el principal bastión de la oposición a la misma. Previamente, un descuido de la UJCE en los destinatarios de su correo interno hizo llegar el documento donde se apostaba en Madrid por el boicot a la huelga por “carecer de posibilidades de éxito” (o traducido, con las masas -y los CJC- a la vanguardia y la UJCE a la retaguardia). En las movilizaciones estudiantiles de Barcelona, un militante (que mantendremos en el anonimato) de JC, el referente de la UJCE en Catalunya, pactó con los Mossos d’Esquadra. No lanzamos la acusación de colaboracionismo, sino de trasladar al movimiento sus carencias en el ejercicio de la vanguardia política.
Por otra parte, no podemos resistir a la tentación de
exponer que, en su momento, nuestros militantes tuvieron acceso adirectrices
internas de miembros de los CJC-JC, juventud del PCC en proceso de unidad con
el PCE, cocinando la aceptación del Plan Bolonia.
[6] Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE, p. 102
[7] Por ejemplo, dentro de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) pueden existir varios colectivos sectoriales en distintos campus o facultades, que son dirigidos por un comité sectorial de la UCM. Este comité sectorial estará por debajo del comité regional de Madrid.
[8] Normas del XII Congreso de la UJCE.
[9] Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE, p. 108
[6] Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE, p. 102
[7] Por ejemplo, dentro de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) pueden existir varios colectivos sectoriales en distintos campus o facultades, que son dirigidos por un comité sectorial de la UCM. Este comité sectorial estará por debajo del comité regional de Madrid.
[8] Normas del XII Congreso de la UJCE.
[9] Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE, p. 108
Área ideológica del CC de los
Colectivos de Jóvenes Comunistas
Introducción
Tras la explicación del carácter de
nuestras discrepancias en el aspecto de la estrategia revolucionaria y la
organicidad para la toma del poder, describiremos qué diferencias tenemos ambas
organizaciones en nuestros análisis del imperialismo, sus diferentes
estructuras así como el trabajo en un área tan compleja como es la de las
relaciones internacionales.
Empezaremos por decir que en los
últimos años los CJC y la UJCE hemos tenido una buena sintonía de trabajo. En
la coyuntura de ambos congresos analizaremos que perspectiva manejan una y otra
organización de cara a esta nueva etapa.
El frente antiimperialista y la
Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD)
Ambas organizaciones compartimos la
FMJD como frente prioritario en la construcción de la respuesta
antiimperialista, sin embargo no compartimos puntos en la estrategia a seguir
dentro del frente.
La UJCE apuesta por fortalecer
orgánicamente la FMJD a través de la alianza de los comunistas con los sectores
antiimperialistas y progresistas, entendiendo que un frente antiimperialista
debe ser plural. La juventud comunista, según ellos, debe hacer el trabajo
aglutinador y tender puentes hacia otros sectores con vistas a ampliar los
integrantes en la FMJD. Esta es la propuesta que vienen a llamar “FMJD
abierta”.
Sin embargo, desde los CJC y pese a
entender la necesidad de fortalecer la estructura de la FMJD y la pluralidad
que este frente requiere, no planteamos el rol de la juventud comunista en una
posición de igualdad con el resto de sectores. Entendemos que, mientras que en
paralelo se refuerza la FMJD, los comunistas debemos pugnar porque nuestras
posiciones y análisis sean hegemónicos entre las demás organizaciones en la
dirección de “no se acaba con el imperialismo sin derrotar al capitalismo”.
Por tanto nosotros entendemos la composición de la FMJD de una forma plural
pero bajo la dirección de las juventudes comunistas y las posiciones de clase,
no desde una igualdad horizontal con otros sectores.
La pregunta se formularía de la
siguiente forma: ¿alianza antiimperialista dirigida desde la lucha contra la
contradicción capital-trabajo y reconociendo el rol clave que juega la crisis
estructural del capitalismo en la voracidad del imperialismo; o alianza
interclasista donde las fuerzas obreras comunistas no afirman abiertamente el
carácter de nuestra época ni llevan una praxis coherente con ella, en aras de
la amplitud de la alianza?
Además los CJC realzamos una
cuestión que en las tesis del XII Congreso de la UJCE no se menciona, y
entendemos que es un error peligroso, qué es la progresiva suplantación o
intentos de instrumentalización que determinadas organizaciones (sobre todo
aquellas resultado de los procesos antiimperialistas triunfantes) realizan en
el seno de la FMJD a favor de sus particularidades diplomáticas, ya sean
regionales e incluso comerciales, sucesos que si no se combaten amenazan hacer
de la FMJD la segunda división de la diplomacia, convirtiéndola en un instrumento
inefectivo para desarrollar la lucha antiimperialista mas allá de los intereses
nacionales.
¿“Lo mismo de siempre” o ser audaz
en el escenario internacional de las Juventudes Comunistas?
El papel de la coordinación
internacional entre comunistas siempre ha sido asunto de la mayor importancia,
pero con la agudización de la crisis, la mundialización de la economía y la
creciente interdependencia internacional, este papel de convergencia entra las
juventudes comunistas (y entre sus partidos) es llamado a la palestra con más
urgencia que nunca. Pese a eso nos encontramos todavía abundantes diferencias
ideológicas y estratégicas entre las diferentes organizaciones que, sumado a
los escasos marcos de encuentro y debate internacional, lastran a los jóvenes
comunistas en su coordinación.
Ante esto los CJC venimos planteando
la dicotomía de:
- Mantener el actual marco de relaciones internacionales de las juventudes comunistas, parcializado, de fortalecimiento interno de cada organización y en definitiva un marco de relaciones bilaterales entre organizaciones.
- Volcar nuestros esfuerzos en ir agregando a los elementos más conscientes, ir tejiendo marcos de coordinación y debate que nos permitan ir homogeneizando nuestras posiciones. Es decir, empezar a enfocar nuestros esfuerzos en la creación de un marco multilateral de relaciones internacionales.
Los CJC apostamos firmemente por la
segunda opción.
¿Y qué hace la UJCE? Mantener una
posición de continuidad, y de refuerzo de los actuales marcos existentes y de
su papel internacional a través de las relaciones bilaterales[1] con vistas a
reforzar su posición concreta en el escenario internacional[2]. Desconocemos si
ven correcta o no tal opción pero la idea de crear un marco multilateral no
sale mencionada ni contemplada como un objetivo en sus tesis congresuales.
Uno de los lastres de las actuales
relaciones internacionales, de la que la UJCE es partícipe, es el que se
proponga una campaña conjunta en la que cada organización puede “adecuar” a “su
realidad ideológica” y “descafeinarla” según convenga. Buscar algo superior
asumimos que debe ser traumático para muchos pues comportaría poner en común
posiciones, exigir y supervisar el trabajo… lo que supondría una mayor
convergencia, coordinación y cohesión entre las juventudes comunistas a nivel
internacional.
La posición de la UJCE no es
reprochable en el sentido que apuestan por continuar en la línea de “lo que
siempre ha habido” de la que todos hemos sido partícipes: mitad víctima, mitad
cómplices. Sin embargo, desde los CJC consideramos que lo que ayer era útil hoy
ya no es válido. Nosotros entendemos que, si de verdad queremos ser leninistas,
debemos seguir avanzando y poner nuestros esfuerzos en crear ese necesario
marco multilateral para dar un necesario paso más en la dirección de la
reconstrucción de la Internacional Juvenil Comunista.
Grandes avances en el análisis…
Respecto a la situación internacional,
la UJCE hace un análisis sumamente riguroso de los diferentes polos
imperialistas así como analiza los principales procesos internacionales que a
día de hoy se están dando. Reconocemos lo minucioso del análisis así como la
multitud de datos que aportan para justificar sus posiciones de las cuales
(salvando alguna valoración en la que no nos pararemos) podrían ser suscritas
por los CJC.
Nuestros documentos, en cambio, son
más escuetos, enfocados para dar herramientas y ser útiles en el trabajo
práctico juvenil. Esto no es ninguna casualidad y se debe a una cuestión
bastante sencilla: los CJC contamos con un Partido que analiza la cuestión
internacional en profundidad y nuestra tarea en este congreso se limita a
aportar, desde una perspectiva juvenil, qué podemos hacer para avanzar hacia la
dirección que el PCPE nos señala.
La UJCE tiene una situación bien
diferente y ante ella dos opciones:
- O desarrollan en el ámbito juvenil las tesis socialdemócratas del PCE
- O contradicen de manera escandalosa el análisis en materia internacional del PCE
A nuestro parecer la UJCE escoge la
mejor opción, en ese sentido cabe pararse un momento a valorar su análisis
sobre la UE[3]. Destacaremos sucintamente como analizan muy correctamente el
carácter imperialista de la estructura de la UE o el interés de la propia
oligarquía española en tal estructura imperialista (lejana por ejemplo a
concepciones burdas que la sitúan en una desventaja absoluta frente a la
oligarquía alemana).
Desde los CJC no podemos hacer otra
cosa que aplaudir estos magníficos avances en el análisis a nivel internacional
y la correcta línea que se desprende de estos en consonancia a la propuesta
política que tenemos el PCPE y los CJC.
La UJCE expone:
“Todos estos análisis dejan claro el
resultado de que la Unión Europea no es un modelo que haya sido ni pueda ser
favorable a los pueblos, sino que es un instrumento para la obtención de
beneficios de la burguesía y los monopolios. Asimismo, entendemos que dado su
carácter, su desarrollo y composición, así como por su naturaleza y sus
alianzas con otros polos imperialistas, es un ente imposible de reformar desde
dentro. Por ello entendemos que la única alternativa en beneficio de los
pueblos, especialmente en momentos de crisis estructural del capitalismo, es la
salida inmediata, tanto de la Unión Europea como del Euro.”[4]
Con objeto de darle un sentido más
ágil a este artículo, relegaremos a las notas algún apunte respecto a su
análisis de la OTAN[5].
… y las amargas consecuencias de
enmarcarse en un proyecto socialdemócrata
Ahora bien, lamentablemente, nos
vemos en la obligación de señalar otra cuestión más: en un sentido más práctico
ponemos en duda como se puede llevar a la práctica tal línea juvenil. Y es que
ésta, pese a ser muy correcta, se encuadra en el proyecto estratégico del PCE,
IU y el Partido de la Izquierda Europea (PIE).
En ese sentido observemos qué
análisis tiene el PCE en su XVIII Congreso. Fundamentalmente, el PCE propone
que el marco de la UE es una estructura más o menos neutra donde pondrá todos
sus esfuerzos para hacer un arreglillo aquí y allá, fundamentalmente para darle
su “patita social”[6].
“Ante la crisis del modelo actual de
construcción europea, es necesario impulsar otra Europa, una Europa que
garantice las conquistas sociales. Para ello debemos renovar el proyecto del
PIE, de manera que sus propuestas sean inteligibles para el conjunto de la
ciudadanía europea y que su proyecto sea dinamizador de los partidos nacionales
que lo componen”[7]
Cabe recordar la Declaración de
Atenas del PIE en 2005 donde se reafirman en su proyecto de “cambiar Europa”
señalando tal o cual manifestación o teoría económica del capitalismo
(neoliberalismo, evitar las agresiones al Estado del Bienestar, etc) y no el
capitalismo en sí como la causa de los males de los pueblos y la clase obrera.
Esto no puede sino enfocarse en
medidas reformistas. La pretensión del PIE ha sido ser la pata izquierda de la
socialdemocracia liberal, hoy la pretensión del PIE es otra y mucho más
“radical”: dar el sorpasso y ocupar el lugar de la desgastada socialdemocracia
liberal. Este camino ha sido señalado, mediante la práctica, por los
oportunistas de Syriza (coalición miembro también del PIE).
El primer presidente del PIE, Fausto
Bertinotti se ha destacado por revisar “el papel de la clase obrera”
sustituyéndola por “nuevos sujetos”, por su ataque a la concepción de partido
de vanguardia, por renegar del método del centralismo-democrático y renegar de
la construcción histórica del socialismo así como airear un furibundo
anticomunismo, si se permite la redundancia. A estas “refrescantes” teorías
volveremos en el siguiente artículo.
Así mismo, en el marco de la campaña
anticomunista que se está desplegando en la Unión Europea, tampoco es
casualidad que el actual presidente del PIE, Pierre Laurent, sea a su vez el
Secretario General del Partido Comunista Francés (PCF) que, recientemente (y
muy coherentemente), ha renunciado a la hoz y el martillo como símbolo del
partido. Sobran las palabras.
El PCE (y por ende la UJCE),
encuadrados en IU y el PIE, perfilan el proyecto de crear una “Europa social
anti-neoliberal” contrapeso de EEUU. A la luz de estos análisis de la UJCE, esto
que parece una clara contradicción ideológica en cualquier organización sería
motivo casi de ruptura.
No obstante, pronosticamos (pese a
puntuales despuntes retóricos) que toda línea política de la UJCE se
subordinará al proyecto de apoyar al polo imperialista de la UE lo que a la
práctica supone repetir con descaro la traición social-chovinista de apoyar a
la propia burguesía y su proyecto de construcción imperialista. Posición que
tanto criticó Lenin:
“Los elementos de oportunismo
acumulados durante décadas de desarrollo relativamente pacífico crearon la
corriente de socialchovinismo imperante en los partidos socialistas oficiales
del mundo entero. Esta corriente (Plejánov, Pótresov, Breshkóvskaia, Rubanóvich
y luego, bajo una forma levemente velada, los señores Tsereteli, Chernov y
Cía., en Rusia; Scheidemann, Legien, David y otros en Alemania; Renaudel,
Guesde, Vandervelde, en Francia y en Bélgica; Hyndman y los fabianos, en
Inglaterra, etc., etc.), socialismo de palabra y chovinismo de hecho, se distingue
por la adaptación vil y lacayuna de los "jefes" del
"socialismo", no sólo a los intereses de "su" burguesía
nacional, sino, precisamente, a los intereses de "su" Estado, pues la
mayoría de las llamadas grandes potencias hace ya largo tiempo que explotan y
esclavizan a muchas nacionalidades pequeñas y débiles. Y la guerra imperialista
es precisamente una guerra por la partición y el reparto de esta clase de
botín. La lucha por arrancar a las masas trabajadoras de la influencia de la
burguesía en general y de la burguesía imperialista en particular, es imposible
sin una lucha contra los prejuicios oportunistas relativos al
"Estado".[8]
Tanto es así que el KKE junto a
otros dieciocho Partidos Comunistas y Obreros redactaron una carta para
oponerse a que el PCE organice el próximo Encuentro Internacional de Partidos
Comunistas y Obreros (EIPCO)[9]. Lamentablemente, tales son las miserias de
militar en la UJCE, aun en los casos en que se hacen notables avances y se
sigue el método del socialismo científico.
Para finalizar, señalaremos la
pretendida afirmación de que el KKE y la KNE son referentes de la UJCE en
Grecia, abanderados de la oposición radical a la pertenencia a estructuras
imperialistas y que cae en saco roto cuando en 2012, la UJCE participa en
mítines con Syriza en Madrid, Castilla y León y otros territorios. Internamente
esto se explica desde la necesidad de seguir al PCE con Syriza (es decir, la
reforma), al tiempo que en el discurso público se hace referencia al KKE (es
decir, la revolución).
No tenemos claro si la militancia de
la UJCE es capaz de comprender las distintas apariencias que hay que guardar en
cada situación, dependiendo si un día se es IU, PCE, juventud comunista u otra
sigla. Sea como fuere, lo que es seguro es que a quién sí le resulta
contradictorio es a la clase obrera.
Estar con la UE y las organizaciones
que la legitiman es estar con el proceso constituyente, con el parlamentarismo
y la reforma. Fuera de ella, hay un proyecto de clase que lucha por el
socialismo y el comunismo.
[1]“Otro de los ámbitos en los que
se aplica nuestra estrategia política internacional son las relaciones
bilaterales con nuestras organizaciones hermanas, que se concreta en asistencia
a congresos, elaboración de acuerdos y protocolos de actuación conjunta y
colaboración con especial atención a los casos del Sáhara y Palestina. A su
vez, y en paralelo a estos esfuerzos por consolidar y extender la lucha
antiimperialista y la solidaridad internacional de carácter juvenil, la UJCE
debe esforzarse por reforzar los lazos entre las distintas organizaciones
juveniles comunistas para poner en común experiencias, análisis y propuestas
sin descartar la posibilidad de que se pueda llegar a acciones comunes.”
Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE,p.94.
[2] “En definitiva debemos
apostar por nuestra visibilización a nivel internacional, mostrándonos al
movimiento comunista y antiimperialista mundial como referente juvenil en el
Estado Español, haciendo que nuestras posiciones sean conocidas, tratando de
influir con nuestros análisis en la medida de lo posible. Además, para cumplir
este objetivo, se pone de manifiesto que es necesaria la traducción de algunos
comunicados, textos, y de la página web, por lo menos al inglés, así como la
elaboración y publicación de un boletín mensual sobre nuestras actividades
internacionales.” Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE,p.94.
[3] “La Unión Europea es un polo
imperialista interestatal en alianza con EEUU, surgida de un proceso de
acumulación y desarrollo jurídico, político y económico iniciado por las
Estados burgueses más poderosos de la región.” Propuesta de Tesis
Políticas al XII Congreso de la UJCE,p38.
“Esto no debe confundirnos ni
llevarnos a pensar que la burguesía española está en una posición desfavorable
absoluta, pues la relación es de dominación e interdependencia, pues a cambio
de la desindustrialización y la limitación a la producción agraria se dieron
subvenciones y prestamos multimillonarios a los monopolios vinculados a los
estados perjudicados, además de facilitarles la extracción de plusvalía
mediante políticas de flexibilidad y desregulación obligatorias para toda la
Unión Europea. Por otro lado, los Estados que limitan su producción industrial
a cambio de prebendas económicas, se convierten en un mercado favorable para
las mercancías producidas en otros países que ocupan una posición superior en
la pirámide imperialista europea. Esta tendencia, la formación de varias
relaciones entre economías y Estados son influenciadas por la fuerza de cada
economía capitalista, de los monopolios y del Estado capitalista.Sin embargo,
esto no puede desprenderse y examinarse aisladamente, con independencia de su
función real, es decir, el fortalecimiento de las relaciones capitalistas de
producción, el fortalecimiento del poder político del capital. De ahí que tanto
la política interna como externa de cada país está determinada por su posición
en el sistema imperialista europeo y sirve conscientemente a la reproducción y
fortalecimiento de las relaciones de explotación.” Propuesta de Tesis Políticas al XII
Congreso de la UJCE,p.40.
[4]Propuesta de Tesis Políticas al
XII Congreso de la UJCE,p.41.
[5] Otra vez aquí destaca la consecuencias del pastiche indigesto que a
veces es esta propuesta de tesis, por ejemplo, durante el documento a la OTAN
se la considera que tuvo en su fundación una finalidad “defensiva”, otras veces
se le atribuye un papel de “policía mundial” al ser calificada como el “brazo
armado de la ONU”, otras se la califica más en el sentido de “brazo armado del
imperialismo”… Además destacar que su propuesta política es más ambigua y menos
satisfactoria que su análisis sobre la UE: se considera a la OTAN “una estructura no reformable” pero
en ningún momento se propone la salida de la OTAN.
[6] “El modelo de construcción europea puesto en marcha con el Tratado de
Lisboa viene a recuperar en lo esencial el contenido de la llamada Constitución
Europea, inicialmente rechazada por Francia y Holanda, burlando con ello estas
decisiones e intentando evitar el debate democrático y la consulta popular. El
Tratado de Lisboa estructura un escenario europeo de rivalidad y competencia de
todos contra todos, dividiendo y enfrentado entre sí a trabajadores/as, pueblos
y territorios. La victoria del NO en Irlanda supuso una oportunidad para la
construcción de un nuevo Tratado fundador de la U.E. redactado con y para los
pueblos, defendiendo la democracia y un desarrollo social, ecológico y
solidario; la armonización por arriba de los derechos sociales y la prioridad de
lo humano frente a las finanzas.” Tesis Políticas del XVIII Congreso del
PCE,p.55.
[7] Tesis Políticas del XVIII Congreso del PCE,p.56.
[8] Lenin, El Estado y la
revolución, http://www.old.cjc.es/wp-content/uploads/2009/06/el-estado-y-la-revolucion-lenin.pdf
Área ideológica del CC de los
Colectivos de Jóvenes Comunistas
Introducción
Hemos destacado ya el eclecticismo
presente a lo largo de la propuesta de tesis congresuales de la UJCE. También,
nos vemos en la obligación de destacar como sus documentos son en ocasiones
meramente descriptivos, en líneas generales difícilmente se pueden calificar
como un buen material para afrontar de manera objetiva la realidad.
Eso sí, con una excepción: la
descriptiva que detalla los “frentes transversales”. Mientras
tan sólo dedican una página escasa al movimiento estudiantil y menos de tres al
movimiento obrero, se extienden unas doce páginas en la temática transversal:
desarrollando con un rigor ausente en otros ámbitos sobre cómo llevar un
discurso y una práctica política sobre los más variopintos temas en los centros
de estudio, de trabajo o en los barrios.
Veamos a que responde este dato tan curioso.
La larga lista de la
transversalidad: “La lucha contra el patriarcado (feminismo, violencia de
género, prostitución, derechos reproductivos, lucha por la liberación sexual
anti-LGTBIfóbica), el republicanismo (y la memoria histórica), el antifascismo,
los derechos políticos y civiles, ecologismo (contra la tortura animal, huertos
ecológicos), los inmigrantes…”
Lo primero que queremos destacar es
un reconocimiento de un tratamiento tan extenso sobre una serie de
problemáticas que objetivamente se dan en el capitalismo y a las que los
comunistas estamos en el deber de dar una solución. Reconocemos que los CJC no
tratamos con tanta extensión temas de innegable importancia como la cuestión de
los problemas derivados de la homofobia o la degradación de la naturaleza.
Por si cabe alguna duda, queremos
exponer que compartimos una sensibilidad y preocupación similar a la de los
militantes de la UJCE en cuanto a la protección del medio ambiente o en la
cuestión de la emancipación de la mujer. Así mismo, tenemos en nuestras filas
militantes de diversa orientación sexual de forma abierta, y que participan en
la lucha de clases como comunistas al mismo nivel que cualquier otro camarada.
Pero, ¿a qué se debe esta
desproporción en el tratamiento de estos temas en nuestras propuestas de
documentos congresuales?
Quizás en lo siguiente: los CJC
encontramos muchos problemas con solo intentar trasladar a la clase obrera que
en todo conflicto concreto se hallan unas invariables leyes capitalistas que
ponen en antagónicos lados de la barricada a la clase obrera y la burguesía.
Nos cuesta muchísimo, aún más, hacerles entender la necesidad de la unidad de
enfrentarse al patrón y nos cuesta, aún más (muchas veces no lo conseguimos),
enfocar esa lucha concreta a una lucha general por el socialismo-comunismo.
Nuestros documentos se centran en
eso fundamentalmente, en llenar de juventud el Frente Obrero y Popular
por el Socialismo; eso es lo más importante y a ello, de momento, dedicamos
todos nuestros esfuerzos.
Se podría entender -bajo una
lectura amable por nuestra parte- que la UJCE (siendo marxista-leninista)
tiene tanta facilidad para fusionar el socialismo científico con la clase
obrera que además es capaz de conseguir otras victorias análogas.
Estamos maravillados con la
posibilidad de que, tras este congreso, en una lucha minera, los militantes de
la UJCE estén en condiciones de dotar de conciencia de clase en sí a los
trabajadores y, además, podrán explicarles la importancia transversal de la
liberación sexual, lo lamentable de la tortura animal o lo negativo de la
intolerancia a los transexuales, bisexuales, etc… y aun tener tiempo de
proponerles hacer un huerto ecológico para abrir espacios “alternativos” de
producción y consumo para generar aquí y ahora formas de relación –comercial y
pequeñoburguesa- “más directa y humana”[1].
O quizás deberíamos partir de otra
lectura de esa importancia desmesurada de tales “frentes transversales”
de que es la mayor muestra de hasta qué punto la UJCE está viéndose abordada de
una manera brutal por teorías burguesas que equiparan cualquier “causa justa”
contra el capitalismo. Que considera que cualquier causa es tan válida como la
otra.
Esto es rotundamente falso y emana
de tesis posmodernas.
¿Posmoqué?
Nota: Para facilitar la lectura
relegaremos múltiples citas complementarias al campo de las notas.
¿Pero qué es eso del posmodernismo[2]? Pues el posmodernismo es una ideología burguesa
profundamente anticomunista con una propuesta política determinada: conseguir
que sujetos diversos, diferentes y “singulares”, con maneras diferentes de ver
la vida, se entiendan entre ellos, establezcan comunicaciones y lazos de
tolerancia. Es una cosmovisión que promueve que todas esas “singularidades” tengan
su “espacio alternativo”, que promueve la exaltación “provocativa” y una
“singularidad” concreta[3].
Una vez explicadas estas
generalidades pongamos unos ejemplos para que se entienda: ¿Cuántas veces a
un comunista le han dicho “es que tú crees que tienes la razón”? Bajo la lógica
comunista nos daría por responder “claro que pienso que tengo la razón, si
pensara que no la tengo pensaría otra cosa”. Una persona con una mentalidad
posmoderna no se refiere a eso, en realidad piensa que lo que jamás entenderá
un comunista es que hay tantas verdades como personas hay en el mundo, es
decir, que hay una multitud de verdades relativas igualmente válidas.
El posmodernismo es la filosofía de
la diferencia, fundamentada en una concepción del mundo subjetiva y relativista,
que en relación al socialismo científico:
- Arremete contra lo objetivo, la visión materialista y científica de la realidad, arremete contra la pretensión totalizadora de la dialéctica; arremete contra toda concepción relativa a las clases sociales y al materialismo histórico.[4]
- Arremete contra la economía política. Lo posmoderno propugna que estaríamos viviendo en la era postindustrial donde se sobredimensiona el papel de las comunicaciones, del sector servicios y la informática lo cual haría caer como un castillo de naipes la teoría del valor y de la plusvalía[5]. La generación de plusvalía se volvería algo etéreo basado en el “trabajo inmaterial” que está en manos de cualquiera mediante la comunicación, la transmisión de afecto y la cooperación espontánea sin necesitar de Capital para arrancar el proceso de producción de valor.[6]
- Arremete contra el proletariado como “sujeto histórico” llamado a destruir el capitalismo y asentar las bases del fin de la explotación del hombre por el hombre. El proletariado es sustituido por sujetos dispersos y singulares que por motivos meramente subjetivos se enfrentan al status quo y que encuentran una posibilidad de emancipación buscando “espacios alternativos” fuera de la capitalismo, lo que en la lógica del posmodernismo se llama éxodo (no confrontación) del capitalismo.[7]
Dinamita, en definitiva, todos los
pilares del marxismo-leninismo, y en especial, la centralidad del movimiento
obrero como sujeto revolucionario, sobre el que se articulan todas las clases y
capas aliadas del proletariado y dirigidas por éste.
Expresiones políticas posmodernas
las hayamos en la organización política “Contrapoder”, la tertulia de “La
tuerka”, la “guerrilla” EZLN, el movimiento Okupa, las redes de
comercio cooperativista eco-agrónomas, los autónomos italianos, los
ciber-activistas, el Movimiento pirata, el movimiento 15-M…
hora bien, no sería justo decir que
los documentos de la UJCE y tal desviación ideológica fueran una misma cosa,
sin embargo, creemos justo señalar como esta desviación se está infiltrando en
la juventud del PCE.
Suponemos que para algunos y
algunas, los CJC volveremos a ser los dogmáticos, "puros" y
trasnochados pero a la vez veremos como la UJCE cae en las garras del
eclecticismo y la falta de principios.
Comparemos una vez más ambos
proyectos.
La teoría piramidal de la UJCE
Lenin decía:
“Solo una clase determinada, a
saber, los obreros urbanos y en general los obreros fabriles, los obreros
industriales, están en condiciones de dirigir a toda la masa de trabajadores y
explotados en la lucha por derrocar el yugo del capital, en el proceso mismo de
su derrocamiento, en la lucha por mantener y consolidar el triunfo, en la
creación del nuevo régimen social, del régimen socialista, en toda la lucha por
la supresión completa de las clases”[8]
Y, ¿qué opinión guarda la UJCE
respecto a la cuestión de clase? Copiaremos esta vez una cita considerablemente
larga. Pedimos disculpas pero tal hecho está justificado por la nutrida
“aportación” que hace la UJCE al marxismo-leninismo:
“Radiografía de la correlación de
clases en España.
En la cima de la pirámide
encontramos al capital monopolista de estado –la alianza entre la gran banca,
la patronal y la amplia nómina de periodistas, intelectuales orgánicos
(mayoritariamente autodenominados progresistas), artistas, funcionarios-jueces,
la Iglesia católica, entre otros- y políticos profesionales prestándose un
servicio mutuo imprescindible para ambas partes -. Hay que sumar al Rey y a la
Casa Real importante instrumento propagandístico y de lobby en el ámbito
internacional. Sobre todo, de los intereses de las empresas privadas españolas,
siendo esta una de sus principales actividades.
En este proceso de monopolización, a
pesar de tener en común la defensa del sistema capitalista, cada vez son más
evidentes las contradicciones que se dan entre la burguesía y la pequeña
burguesía (gran masa de pequeños y medianos empresarios), esta última que
si bien no está en peligro de desaparecer por completo, si está sufriendo con
dureza las consecuencias de la crisis y en multitud de casos está en pleno
proceso de descomposición y proletarización. Es por ello, que resulta
fundamental para la clase denunciar esta contradicción de intereses entre la
burguesía, con el fin de dividirla y poder encontrar aliados tácticos en la
lucha antimonopolista. También pueden ser aliados parte del sector de los
autónomos urbanos y rurales.
Casi en paralelo con el
funcionariado, encontramos un sector con características propias, alta
sindicalización y en mayor o menor medida protegidos de la precariedad: la
clase trabajadora industrial y fordista fundamentalmente masculina, adulta y
autóctona (históricamente la juventud en la industria ha tenido un papel
poco relevante: aprendices, peones,....).
Como vimos anteriormente se
encuentra en proceso de extinción debido a la desindustrialización en España y
a los cambios en la organización de la producción. Además, al tener mejores
condiciones laborales (obtenidas mediante lucha y unidad obrera) que la mayoría
de trabajadores/as (mayores salarios, menos paro, trabajo fijo y regulado,...)
a menudo se dan posturas corporativistas o de conformismo, que mucho distan de
las actitudes solidarias tradicionalmente ligadas a este sector. Lo que se
convierte en un problema para la unidad de la clase y para la adaptación del
sindicato a las nuevas formas de organización en las empresas, al ser la clase
obrera industrial históricamente hegemónica en CCOO.
En lo que respecta al funcionariado,
los múltiples ataques y recortes de los que están siendo objeto y el proceso de
privatización de servicios públicos, está modificando radicalmente su
tradicional conformismo y unificando luchas ya no sólo con el resto de
trabajadores/as de otros servicios públicos en lucha, sino con el conjunto de
la clase trabajadora. Notándose este aspecto en el progresivo aumento de
incidencia de las huelgas generales en el sector público (aunque aún sea un
índice extremadamente bajo), así como la participación del funcionariado en las
movilizaciones (más allá de las propias de su conflicto). Este sector,
tradicionalmente con niveles de sindicalización alta (con fuerte presencia de
sindicatos corporativistas, aunque no sean mayoritarios), es un aliado
fundamental para conectar las capas populares con las luchas contra los
recortes y la gestión de la crisis capitalista, ya que la privatización de los
servicios públicos, que es el objetivo de la troika, tendrá consecuencias
nefastas para la mayoría de la población.
Otro bloque que podríamos
diferencias sería el de asalariados intermedios, compuesto por trabajadores
intelectuales: profesionales, científicos.... Si bien este sector, con muy baja
afiliación sindical, ha tenido condiciones superiores a la media del resto de
trabajadoras/es, ahora está (con excepciones) en pleno proceso de
precarización. Es destacable la alta proporción de jóvenes en este sector (con
formación universitaria), es esta juventud quien está experimentando
principalmente la precarización de sus condiciones, el paro y el exilio forzado
a otros países.
En la base de la pirámide se
encuentra la clase trabajadora postindustrial, fragmentada y terciaria que vive
entre la precariedad, el paro y la exclusión:
fuerza de trabajo manual e intelectual en ejercicio o en paro, en alto
porcentaje mujeres, migrantes y jóvenes, al margen de la negociación colectiva
y en ocasiones del Estatuto de los Trabajadores, temporales, falsos autónomos,
becarios, sin papeles, etc. Un verdadero “ejército de carne de cañón” en
expansión que constituye el estrato más precario del proletariado actual. La
inseguridad respecto a sus expectativas de vida y trabajo y su casi total
dependencia de los empresarios, marcan en gran parte sus actitudes de clase. De
cara a conflictos abundan las respuestas espontáneas y sin continuidad, alejados
de sindicatos y partidos políticos. Igualmente una creciente masa de pequeños
empresarios y autónomos urbanos, y con especial preeminencia, rurales muchas
veces trabajadores encubiertos o subcontratados (especialmente los primeros)
que se está incorporando a este sector merced a la dinámica de concentración
capitalista, acelerada con la crisis, que está generando cierres y quiebras
generalizadas.”[9] (el subrayado es nuestro)
Si bien describe fenómenos reales
que podríamos encontrar y registrar en un angular superficial de las
condiciones de vida de la clase obrera y las capas populares, creemos que si se
considera que esto es una radiografía de la realidad de las clases en España,
el método utilizado violenta seriamente el materialismo histórico.
Abordamos el análisis de este
fragmento de la UJCE asumiendo que intenta ser el análisis profundo de la lucha
de clases en España que un congreso merece: para empezar esta “teoría
piramidal” es una arbitraria estratificación alejada por completo del
marxismo-leninismo. Con ello, la UJCE no analiza las clases sociales en base
a qué escalón ocupan dentro relaciones producción sino en base a criterios poco
científicos como la capacidad de acceso al consumo, la temporalidad laboral o
la función ideológica que desempeñan:
- Para empezar: iguala la burguesía con una amalgama extraña de jueces, curas, artistas y periodistas.
- En un punto intermedio semi-privilegiado sitúa una pequeña burguesía a la que se la califica de aliado “táctico” (sic) -pese que el sentido de la etapa democrática, tal como ellos teorizan, es que hay una burguesía progresista con la cual aliarse de forma estratégica y para una formación social asentada-, el funcionariado, los profesionales liberales, científicos, etc. y ¡horror!, al proletariado.[10]
- En la base, sufriendo todo el peso de la injusticia por la UJCE analizada se hayan unas subclases variadas: el “precariado”[11] compuesto por trabajadores asalariados de todo tipo y condición (mujer, inmigrante…) y la parte más desfavorecida del semi-proletariado. Bebiendo de una base subjetiva, dado que expresan espontáneamente una mayor confrontación contra el sistema, asumimos que serán la base del trabajo de la UJCE en el siguiente periodo.
Estos tipos de análisis van en la
línea desplazar al proletariado clásico de su papel histórico -calificándolo de
reaccionario y acomodado-; el proletariado es sustituido por elementos sociales
marginados, por las minorías, por los inmigrantes, por las mujeres, por
trabajadores precarios, por subcontratados o por los desempleados[12]. Pero el grado en que un “sujeto histórico” es
revolucionario no viene dado por su marginalidad, sus difíciles condiciones de
vida o su subjetividad espontánea contra el capitalismo: el “sujeto
histórico” llamado a acabar con el capitalismo, como veremos, es el que
ocupa el lugar cardinal en la producción, el que genera plusvalía.
Y la práctica posmoderna....
Bajo la lógica de parcializar a la
clase obrera hayamos el motivo de lo sobredimensionado del desarrollo de los
frentes transversales y la lógica de parcializar la lucha. Si el proletariado
ya no cumple su rol histórico, la lucha se enfoca en resolver los pequeños
problemas, los problemas de los marginados, de las minorías, de los
incomprendidos, de lo singular: es la lucha de remarcar las diferencias -cuanto
más concreto y diferente mejor-, la lucha contra lo que es mayoritario,
frecuente o “normal”.
Como ya no hay la gran lucha, como
ya todo son pequeñas luchas igualmente válidas: lo fundamental pasa a ser la
lucha por el derecho de que exista lo diferente[13]. La
práctica posmoderna viene marcada por la exaltación del “outsider”.
En ese sentido, es de remarcar la
importancia que le dan los documentos de la UJCE a los problemas de los
intersexuales (personas que tienen rasgos sexuales de ambos sexos), cuando
ponen el grito en el cielo porque los hombres se den la mano y las mujeres se
besen o -¡atención!- hablan de que hay que tener en cuenta “las necesidades
de la negra transexual que se prostituye para subsistir”[14].
Desde CJC queremos expresar que esto
no es más que ahondar en una infructífera línea de trabajo y análisis basado de
la micro-lucha ultra-parcial. Así pues, consideramos arbitrario que la UJCE no
tenga en cuenta y no salga reflejado en sus tesis, la realidad y necesidades
de la negra transexual prostituta inmigrante que está infectada por el VIH.
Si metemos las manos en el charco, metamos también los codos.
Desde el Área ideológica de los CJC,
consideramos que esta selección de luchas parciales han sido escogidas bajo
criterios subjetivistas, desconocemos también porque no se añade como una lucha
transversal igualmente válida el veganismo, la lucha por la liberación animal,
la defensa de los niños con sordo-ceguera de nacimiento, etc.
Esto hace la UJCE: no sitúa la
centralidad de la lucha de la clase obrera, pero establece toda una serie de
sujetos “revolucionarios”, que no son parte de la clase o aliados
sometidos a la dirección de la clase obrera en el proceso de la construcción
del ejército que hará posible la revolución socialista. La UJCE sitúa sujetos
aislados y alternativos (migrantes, mujeres, transmaribibolleras, precariado,
trabajadores terciarios, jóvenes, temporales, falsos autónomos, becarios, sin
papeles...).
La UJCE imbuida de la lógica
postmoderna y fetichista, radicaliza las consignas políticas de estos sectores,
no en la medida en que éstas se acercan a la contradicción fundamental
capital-trabajo, sino en la medida que desarrollan la individualidad propia de
dicho sujeto. Y este batido acaba llevando a conclusiones curiosas, todo bajo
un folklore que aúna a esos sectores “revolucionarios” bajo sus siglas,
pero que no oculta el contenido oportunista y fetichista.
Evidentemente tenemos en frente uno
de las mayores charcas de todo el documento que viene a explicar de rebote lo
siguiente:
- Los marxistas-leninistas dentro de la UJCE son tratados como algo singular más que hay que tener contentos, a ello responde el eclecticismo de sus documentos.
- Las luchas concretas, en todas las direcciones, se dan sin ligarlas a la contradicción capital-trabajo y sin acumular fuerzas hacia su resolución; podemos decir que esto sólo puede llevar al reformismo.
- La lucha contra la opresión y por la revolución ya no se centra en la destrucción del Estado (es decir la toma de poder revolucionaria), sino en la lucha contra el micro-poder o la micro-represión que oprime las particularidades de cada “sujeto alternativo”. Se pasa a concebir que el Estado no es clasista ni es ya objetivo fundamental “la toma del Palacio de invierno”. La represión es dispersa y “en lo pequeño” por lo que ya no tiene importancia alguna la organización.
- Si el proletariado ya no es el sujeto histórico ¿qué sentido tiene un Partido Comunista de vanguardia que sea el portador de la conciencia del proletariado y represente sus intereses objetivos?.
- La lucha obrera deja ser la centro de la vida de la lucha en los frentes de masas y la estructuración de un proyecto estratégico para pasar a ser una lucha de tantas entre un mar de “movimientos sociales” en las que una organización política ya no pretende dirigir sino actuar a lo sumo como un embudo[15] o ser el pegamento de un pastiche absurdo.
- Enclaustramiento subjetivo en la lógica del Frente de Izquierdas, las sopas de siglas y el “entendimiento” entre organizaciones políticas con marcadas diferencias ideológicas y objetivos dispares que periódicamente se encuentran (siempre los mismos) en diversas plataformas con diferentes objetivos parciales y dispersos (republicano, feminista, ecologista, liberación sexual, lucha contra los desahucios, etc.). Es por ello, quizás, por lo que se nos acuse de situarnos al margen de las masas por oponernos a incluir en la construcción del sindicato estudiantil a sectores trostkistas y postmodernos que fundan sus propias organizaciones endogámicas (sin masas, basadas en su propia ideología). Al mismo tiempo, es la propia UJCE quien para imponer sus decisiones, convoca en Valladolid durante el pasado mes de febrero una reunión de Estudiantes en Movimiento con carácter regional, al que no convoca más que a sus propios militantes para imponer sus directrices. ¿Dónde quedaron las masas[16]?
- Dado que la tendencia es la de la exaltación del individuo y el subjetivismo, se refleja en la desaparición del debate y las conclusiones colectivas, se apuestan por estructuras laxas alejadas del centralismo-democrático[17]. A su vez, se afrontan luchas parciales en todas las direcciones sin centralidad alguna, desaparece la cultura de trabajo bolchevique; cada militante hace, hablando pronto y mal, lo que le da la gana y se acentúa un comportamiento pequeño-burgués[18]
Con su eclecticismo, ¿no es acaso
este el precipicio hacia el que se dirige a toda velocidad la UJCE?
La importancia de los Comités para
la Unidad Obrera (CUO) en nuestro proyecto revolucionario
Para el PCPE y los CJC, el
proletariado es el sujeto histórico. Siendo estricto en el término y en el
sentido que utilizan los clásicos, el proletariado “puro” es el trabajador de
las ramas productivas (la industria y la extracción) que recibe en forma de salario
el valor por su capacidad de trabajar (fuerza de trabajo) a cambio de entregar
el resultado de su trabajo al patrón (el burgués)[19]. El
proletariado es esclavo de la generación de plusvalía, esa es la base de su
miseria y del mismo modo la base de su esperanza.
Así mismo, el grado de explicación
no viene dado en lo fundamental por el nivel de salario o el tipo de contrato
sino por la diferencia relativa entre aquella riqueza que produce la clase y la
participación colectiva que tiene de dicha riqueza. Tampoco cabe separar
artificial y mecánicamente (y cuantas más separaciones mejor), entre grados de
más o menos potencial revolucionario, en función de las mejores o peores
condiciones laborales.
Lamentamos amargamente como se
asocia mecánicamente en los documentos de la UJCE al proletariado industrial
sindicado con la aristocracia obrera. Si la lucha que hace el proletariado
industrial es, de hecho, una lucha sólo económica, reformista y burguesa es
quizás porque los comunistas no hacemos lo suficiente para llevarles “la
conciencia” de clase “desde fuera”.
Decía Lenin que el Partido Comunista
es el portador de la conciencia de clase y debe fusionarse con ésta para
realizar la revolución. Que la supuesta “vanguardia que transporta la
conciencia del proletariado” decida abandonar el proletariado porque está
impregnado en la ideología burguesa equivale a tirarse desde el octavo piso de
un edificio y culpar a la gravedad terrestre de la muerte de uno.
Pero ¿y qué pasa si ya no vivimos en
un mundo de fábricas y los sectores servicios cobran importancia?
Lenin también dijo…
“(..) cada problema más o menos
"nuevo", cada viraje más o menos inesperado e imprevisto de los
acontecimientos -- aunque sólo altere la línea fundamental del desarrollo en
proporciones mínimas y por el plazo más corto --, provocará siempre, sin falta,
una u otra variedad de revisionismo.”[20]
La desindustrialización mundial y la
economía posindustrial es un mito que no se sustenta con los datos en la mano.
Además, la clase obrera que no produce nada material, es decir, los
trabajadores de servicios, pese a que en un sentido estricto no producen
plusvalía directamente, también viven las mismas condiciones de explotación que
el resto de trabajadores de ramas productivas y, por tanto, uno u otro (obrero
productivo o improductivo) tienen una subjetividad similar y un mismo interés
objetivo de acabar con el capitalismo.
Por un lado, la capacidad
organizativa y combatividad de los mineros es insuperablemente mayor que la
capacidad de los funcionarios de sanidad en un marco de privatización de la
sanidad pública. Por el otro, nuestro objetivo es sumar a unos y otros en un
todo coherente y único bajo la dirección del Partido, tal es el papel del CUO.
A diferencia de los posmodernos que
buscan siempre borrar a la clase obrera del mapa mediante su fragmentación, los
CJC buscamos la máxima unidad de la clase obrera ya sea del sector servicios o
del sector productivo, parado o activo, temporal o fijo…; todos tienen
intereses comunes. Por eso no es casual que el PCPE ponga todo su énfasis en la
constitución principal, central y cardinal de los CUO en el marco de la
construcción del Frente Obrero y Popular por el Socialismo. Por eso, los CJC
estamos llenando los CUO de juventud, enfocándonos, de momento, en campañas
agitativas en los sectores improductivos pues es donde, dado nuestro
desarrollo, más fácilmente podemos incidir en la juventud trabajadora.
¿Qué evitamos los CJC desde el
marxismo-leninismo y nos parece un error mortal? Centrar nuestros esfuerzos de una
manera dispersa en la “lucha identitaria”, las luchas temáticas dispersas, el
alternativismo okupa, el cooperativismo hippie o el democratismo barato del
15-M.
Aprovechamos para comentar de pasada
que tales concepciones erróneas no están ni mucho menos tan sólo en la UJCE.
Apuntalemos una seria de cuestiones:
los CUO no son una herramienta para realizar lucha económica, es una estructura
donde la clase obrera busca la máxima unidad desde la base para encarar a su
enemigo de clase, pero no sólo es eso. El CUO es una estructura donde clase
obrera y Partido comunista se hacen uno, donde el Partido dirige la lucha de la
clase obrera y le dota de conciencia. El CUO es la base para crear el poder
obrero y para afrontar las tareas históricas del proletariado, a saber:
destruir el capitalismo y construir el socialismo-comunismo.
Cabría cuestionarse que el sujeto
que acaba con el capitalismo y construye el socialismo en tanto dictadura del
proletariado no es la mayoría. El proletariado no pone la “cantidad” en el proceso
revolucionario pero sí que es el que da la “calidad”, la posibilidad de superar
el capitalismo y crear un marco donde se superen todos los problemas derivados
de este sistema de explotación. En ese sentido, el proletariado sí que
satisface a las grandes mayorías pues soluciona con sus intereses particulares
los intereses universales, los intereses de las demás clases y sectores
populares.
“En cualquier país capitalista, la
fuerza del proletariado es incomparablemente mayor que su proporción numérica,
en la masa general de la población. Y esto es así porque el proletariado domina
económicamente en el centro y en el nervio de todo el sistema económico del
capitalismo, y también porque, bajo el capitalismo, el proletariado expresa,
económicamente y políticamente, los verdaderos intereses de la inmensa mayoría
de los trabajadores. Por eso, incluso cuando constituye una minoría de la
población (o cuando su vanguardia consciente y verdaderamente revolucionaria
constituye una minoría de la población), el proletariado es capaz de derribar a
la burguesía y de ganarse después muchos aliados entre esa masa de
semiproletarios y pequeños burgueses que antes no se habría manifestado jamás a
favor del dominio del proletariado, que antes no comprendería las condiciones y
las tareas de ese dominio y a la que sólo su experiencia ulterior habrá de
convencer de que la dictadura del proletariado es inevitable, acertada y
necesaria.”[21]
La centralidad del CUO en el Frente
Obrero y Popular bajo la dirección del Partido viene dada por la importancia
objetiva del proletariado. A ella se adherirán las capas populares agredidas
también por el capitalismo en un marco de alianzas donde cuantitativamente se
verán representadas las mayorías populares.
Los CJC junto al PCPE desplegamos
una línea de intervención novedosa en el Movimiento Obrero que pone las bases
para recuperar el sindicalismo de clase y para superar la fragmentación
sindical que atenta contra la necesaria unidad de la clase obrera. ¿Qué hace la
UJCE en la cuestión del Movimiento Obrero y Sindical? Seguidismo burocrático al
PCE y trabajar, sí o sí, sin afinar las herramientas en Comisiones Obreras.
Porque el Movimiento Obrero y Sindical para la UJCE no tiene la importancia que
tiene para nosotros, lo cual determina la escala de prioridades de una y otra
organización.
¿A los CJC les importa “esas
pequeñas cosas” menos que a la UJCE?
Rotundamente no. Los CJC centramos
nuestra vida militante en aquellas luchas concretas que nos acerquen a la
resolución de la contradicción capital-Trabajo. Entendemos que tan solo en el
socialismo podemos poner las bases de la resolución de esos pequeños problemas
concretos a los que la UJCE, preñada de la lógica del reformismo, afronta de
una manera dispersa aunque los quiera meter cual embudo en los centros de
trabajo, de estudio y en los barrios.
Los comunistas históricamente nos
hemos preocupado también por las cosas concretas, por la diferencia, pero
siempre sin tirar a la basura el método científico que empleamos. Sobradas
muestras de tal preocupación se pueden observar en las obras de Lenin y Stalin
sobre la cuestión nacional o el análisis del patriarcado de Alexandra
Kollontai.
La importancia de la clase obrera, y
por tanto de los CUO, radica, por poner el ejemplo del patriarcado, que el proletariado
da la llave para acabar con el capitalismo y todas sus manifestaciones,
incluido el patriarcado o la destrucción de la naturaleza.
Los CJC no nos dejamos embaucar por
los nuevos revisionismos de moda y, a su tiempo y mediante la doctrina marxista-leninista,
analizaremos la realidad de lo abstracto a lo concreto para intentar resolver
todas las cuestiones que hagan falta. Otros se pondrán a hacer arreglillos aquí
y allá sin al final resolver nada. Otra vez estamos ante la disyuntiva de
reforma o revolución.
Mientras la UJCE prepara todos sus
esfuerzos en las luchas parciales, nosotros fundamentalmente enfocaremos cada
lucha para centrarla en la única clase que está llamada a llevarnos a la
emancipación, como dijeron Marx y Engels hace ya mucho -y creemos que sigue
siendo tan cierto ahora como cuando se escribió-: “De todas las clases que
se enfrentan con la burguesía, no hay más que una verdaderamente
revolucionaria. Las demás perecen y desaparecen con la gran industria; el
proletariado, en cambio, es su producto genuino y peculiar.”[22]
El sujeto histórico es quién genera
plusvalía para acrecentar el Capital, esto es lo fundamental: los burgueses
no pueden vivir sin el proletariado pero el proletariado si puede vivir sin los
burgueses. Tal es la dialéctica de la liberación de la humanidad, de la
creación del hombre nuevo y la mujer nueva.
[2]El posmodernismo nace como una corriente estética y
una filosofía. Esta filosofía fundamentalmente es un rechazo a todas las
teorías que tengan una base dialéctica, en general, (donde hay una historia
donde conflicto tras conflicto se llega a una resolución feliz y catártica) y a
la lucha de clases, en particular.
[3]“Este aspecto también requiere de una importante tarea política:
construir un nuevo lenguaje común que facilite la comunicación, como lo
hicieron los lenguajes del antiimperialismo y del internacionalismo proletario
en el caso de las luchas libradas en épocas anteriores. Quizás ésta deba ser
una comunicación de una índole nueva, que funcione, no sobre la base de las
semejanzas, sino sobre la base de las diferencias: una comunicación de
singularidades.” Michael Hardt y Antonio Negri, Imperio, Barcelona: Editorial Paidós, 2002, p.67.
[4]“La clase
está determinada por la lucha de clases. (…) las clases que importan son las
que se definen por las líneas de la lucha colectiva. En este sentido, la raza
no es un concepto menos político que la clase económica. (…) la raza surge a
través de la resistencia colectiva a la opresión racial. De manera similar, la
clase económica se forma a través de los actos de resistencia colectivos. Por
consiguiente, la indagación sobre la clase económica, al igual que una
indagación sobre la raza, en vez de empezar por un mero catálogo de diferencias
empíricas, debe fijarse en las líneas de la resistencia colectiva al poder.
Resumiendo: la clase es un concepto político, por cuanto una clase no es ni
puede ser otra cosa sino una colectividad que lucha en común.” Michael
Hardt y Antonio Negri, Multitud,
Madrid: Editorial Debate, 2006, p. 132.
[5]“El lugar
central en la producción del superávit, que antes correspondía a la fuerza
laboral de los trabajadores de las fábricas, hoy está siendo ocupado
progresivamente por una fuerza laboral intelectual, inmaterial y comunicativa.
De modo que es necesario desarrollar una nueva teoría política del valor capaz
de plantear el problema de esta nueva acumulación capitalista de valor que
está en el corazón mismo del mecanismo de explotación (y por ello, quizás, en
la médula de la sublevación potencial). (…)” (el subrayado es nuestro) Michael
Hardt y Antonio Negri, Imperio,
p. 42-43.
[6]“El trabajo inmaterial incluye inmediatamente interacciones y
cooperaciones sociales. En otras palabras, el aspecto cooperativo del trabajo
inmaterial no se impone ni se organiza desde el exterior, como ocurría en las
formas anteriores de trabajo, sino que ahora la cooperación es completamente
inmanente a la actividad laboral misma. Este dato pone en tela de juicio la
antigua noción (común en la Economía política clásica y a la marxista) según la
cual la fuerza laboral se concibe como un “capital variable”, es decir, como
una fuerza a la que sólo el capital activa y da coherencia, porque los poderes
cooperativos de la fuerza laboral (particularmente el poder del trabajo
inmaterial) ofrecen al trabajo la posibilidad de valorarse a sí mismo. Los
cerebros y los cuerpos aún necesitan de los demás para producir valor, pero
esos otros que necesitan no tienen que provenir forzosamente del capital y de
sus capacidades para orquestar la producción. Hoy, la productividad, la riqueza
y la creación de superávit social adquieren la forma de la interactividad
cooperativa a través de redes lingüísticas, comunicacionales y afectivas. En la
expresión de sus propias energías creativas, el trabajo inmaterial parece
proveer así el potencial para un tipo de comunismo espontáneo y elemental.” (el subrayado es nuestro) Michael
Hardt y Antonio Negri, Imperio,
p. 273.
[7]“(…)
concebimos la Multitud como la totalidad de los que trabajan bajo el dictado
del capital y forman, en potencia, la clase de los que no aceptan el dictado
del capital. (…) El concepto de clase trabajadora es fundamentalmente un
concepto restringido, basado en exclusiones. En la más limitada de estas
interpretaciones, la clase obrera se refería al trabajo fabril, excluyendo así
otro tipo de clases trabajadoras. En su concepción más amplia, la clase
trabajadora se refiere a todos los obreros asalariados, excluyendo así las
otras clases no asalariadas. En relación con la clase obrera, la exclusión de
las otras formas de trabajo se basaba en la noción de que hay diferencias de
naturaleza entre ellas, por ejemplo, entre el trabajo fabril masculino y el
trabajo reproductivo femenino, o entre el trabajo fabril y el trabajo agrícola,
entre los empleados y los desempleados, entre los trabajadores y los pobres.
(…) hoy todas las formas de trabajo son socialmente productivas, producen en
común, y comparten también el potencial común de oponer resistencia a la
dominación del capital. (…) Y que quede claro que no decimos que el trabajo
fabril o la clase obrera no sean importantes, sino únicamente que no ostentan
ningún privilegio político en relación con otras clases de trabajo en el seno
de la multitud. Así pues, en contraste con la exclusión que caracteriza el
concepto de clase obrera, el concepto de multitud es abierto y expansivo” Michael
Hardt y Antonio Negri, Multitud,
p. 134.
[8]Lenin, Una
gran iniciativa, http://es.scribd.com/doc/6852640/Una-gran-iniciativa-de-Vladimir-Ilich-Lenin
[9]Propuesta
de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE,p.52-53.
[10]“Desde una perspectiva estructural, el bloque social del PSOE lo compone
una gran parte del proletariado industrial clásico (…)”Propuesta de Tesis
Políticas al XII Congreso de la UJCE,p.64.
[12]Recordar que para este
revisionismo “nuevo”, la clase social ya no tiene importancia. Lo importante es
la subjetividad de confrontación contra el “estado actual de las cosas”.
[13] “(Desde la política tradicional en los movimientos de EEUU en la década
de los 60)… las diversas formas de experimentación cultural que florecieron en
abundancia durante ese período constituían una especie de distracción de las
“verdaderas” luchas políticas y económicas, pero lo que no lograron percibir
esos sectores fue que la experimentación “meramente cultural” tenía efectos
políticos y económicos muy profundos.
La
“automarginación” era una realidad un concepto pobre de lo que en realidad
estaba ocurriendo (…) Las dos operaciones esenciales fueron el rechazo del régimen
disciplinario y la experimentación con nuevas formas de productividad. Ese
repudio se manifestó mediante apariencias muy variadas y proliferó en miles de
prácticas cotidianas. Una de las manifestaciones era el estudiante
universitario que experimentaba con LSD en lugar de buscar un empleo; otra era
la mujer joven que se negaba a casarse y formar una familia; otra, el obrero
afronorteamericano “incompetente” que se ajustaba a un ritmo de “CP” (colored
people) y se negaba a trabajar de todas las maneras posibles.” Michael Hardt y Antonio Negri, Imperio, p. 255
[14]Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE,p.87.
[15]“Nos encontramos actualmente con un gran número de movimientos
sociales, que están elevando tanto el nivel de movilización como el
discurso político a pasos agigantados, pero con una realidad social que
aunque se moviliza no ha adquirido aún conciencia en sí.” (el subrayado es
nuestro) Propuesta de Tesis Políticas al XII Congreso de la UJCE,p.73.
[16] Incluso el representante de la asociación de
Burgos, también militante de la UJCE, contradijo lo aprobado en su propia
asociación y los miembros de la UJCE de León en las asociaciones de universidad
y medias de su ciudad se abstuvieron de ir al encuentro para no tener que
asumir las directrices de su organización y contrariar lo decidido en la base
de las asociaciones.
[17] “En contra del lugar común que afirma que el proletariado norteamericano
es débil por su baja representación partidaria y sindical respecto de Europa y
otros lugares, tal vez deberían verlo fuerte por esos mismo motivos. El poder
de la clase trabajadora reside no en sus instituciones representativas sino en
el antagonismo y autonomía de los propios trabajadores (…) Además, la
creatividad y la conflictividad del proletariado residían también –y quizás de
manera más importante- en las poblaciones que trabajan fuera de las fábricas.
Incluso (y especialmente) los que se negaban activamente a trabajar eran a la
vez amenazas serias y soluciones de recambio creativas. (…) El proletariado
verdaderamente inventa las formas sociales y productivas que el capital estará
obligado a adoptar en el futuro.” Michael Hardt y Antonio Negri, Imperio, (citas dispersas)
[18]“El los decenios finales del siglo XX emergieron también, particularmente
en EEUU, numerosos movimientos que aparecen clasificados con frecuencia bajo el
epígrafe de “políticas identitarias”, que nacen primordialmente de las luchas
del feminismo, de las luchas de los gays y lesbianas, y de las luchas de las
minorías raciales. Las características orgánicas más importantes de estos
diversos movimientos son su afán de autonomía y su rechazo a las jerarquías
centralizadas, a los líderes o a los portavoces oficiales. El partido, el
ejército popular y la guerrilla moderna les parecen obsoletos por su tendencia
a imponer la unidad, a negar sus diferencias y a subordinarlas a intereses
ajenos.”Michael Hardt y Antonio Negri, Multitud, p. 115.
[19]“Económicamente se ha de entender por proletario nada más que el obrero
asalariado que produce y valoriza «capital» (…)” C. Marx, El capital Libro I tomo I, Madrid:
Editorial Akal, 2007, p.71.
“Trabajo productivo es únicamente
aquel que produce capital. ¿No es absurdo,
pregunta por ejemplo el señor Senior (o otra cosa por el estilo) que el
fabricante de pianos debe ser un trabajador productivo, pero no así el
pianista, aunque sin el pianista el piano sería un nonsens? Pero así es,
exactamente. El fabricante de pianos reproduce capital; el pianista cambia su
trabajo solamente por un revenue. Pero el pianista produce música y satisface
nuestro sentido musical ¿no produce, entonces, en cierta manera? In fact, lo
hace: su trabajo produce algo, pero no por ello es trabajo productivo en
sentido económico, del mismo modo que no es productivo el trabajo del orate que
produce fantasmagorías”
C. Marx, Grundrisse, México
D.F.: Ediciones Siglo XXI, 2007, pp 245-246.
[20]Lenin, Marxismo y revisionismo, http://www.old.cjc.es/wp-content/uploads/2009/09/marxismo-y-revisionismo-lenin.pdf
[21]Lenin, Las elecciones a la asamblea constituyente, http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas10-12.pdf
[22]Carlos Marx y Friederich Engels,
Manifiesto comunista, http://www.old.cjc.es/wp-content/uploads/2007/03/el_manifiesto_comunista.doc
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